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sábado, mayo 18, 2024
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Cómo entrenar a tu dragón ****

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La animación en 3D comienza a estar pasada de moda… Sé que suena a anatema, para los amantes del género, pero es algo que cualquiera puede revisar en las cifras de taquilla del año pasado. Si las productoras desean que sus películas sean vistas en masa en los cines, ya no sirve sólo que sean en animación 3D. Ni el humor subversivo, ni las referencias culturales, ni las coñas limoneras o los personajes carismáticos. Del mismo modo que la animación 3D en su momento parecía que iba a asesinar a la animación tradicional en dos dimensiones, ahora para conseguir que el público infantil (y el no tan infantil) llenen las salas de cine, las películas tienen que estar proyectadas en 3D también. Taquillazos de 2009 como Up, Monstruos contra Alienígenas o Ice Age 3, superan de largo a fiascos como AstroBoy o (en menor medida pero, exceptuando en España, no fue un éxito en ninguna parte), Planet 51.

Es cierto que muchas veces el público es quien determina esa demanda de cierto tipo de material, y son los que luego dejan de lado productos quizá más modestos, pero mucho más interesantes. Las 3D son un arma arrojadiza que muchas veces ha servido sólo para eso mismo, para arrojar cosas a la cara de los espectadores, algo que espero de una película de terror de serie B, o incluso de una película de animación sin historia. Pero, por ejemplo, no es lo que espero de Pixar, desde donde nos demostraron como integrar perfectamente la tecnología con la historia en esa obra maestra que es Up. como-entrenar-dragon-3
¿Qué bando elige Cómo Entrenar a tu Dragón? ¿El de las buenas historias con la tecnología como herramienta para narrarla, o el de las películas simpáticas pero olvidables que aun así arrasan en taquilla? Por una vez, me alegra decir que nos encontramos ante la segunda clase de película. Porque, por un lado, Cómo Entrenar a tu Dragón es una cinta de aventuras y acción épica para toda la familia, que exprime las 3D hasta el fondo con sus batallas, combates y vuelos. Por otro contiene una historia y unos personajes que acompañan toda la acción y el humor de la cinta y que son el verdadero motor de la misma. Tiene alma, tiene corazón, tiene magia.

Siempre he sido de los que defendían la calidad en Pixar por encima de la de Dreamworks. No era cuestión de gustos, sino de múltiples cualidades que eran mejores. Sobre todo a nivel de guión. La historia, el desarrollo de personajes, todo ello me parece mucho más trabajado en Pixar de lo que lo está en Dreamworks. Por no hablar de la calidad de la animación y el nivel de detalle. Por primera vez desde Shrek, una película de Dreamworks me ha llevado a pensar que podían encontrarme ante un producto de Pixar. Tanto a nivel técnico como a nivel dramático. Y eso, siendo adulto, se agradece mucho. Para empezar, la historia de Hiccup y Toothless, un dragón y un joven vikingo que se conocen y descubren que gran parte de la lucha que había entre ellos era innecesaria, es el verdadero motor de la película. Es una historia de amistad y redescubrimiento. De aprendizaje, también. De empezar a conocer a nuestro enemigo más antiguo y descubrir que tenemos más cosas en común de las que a simple vista parecen. Por supuesto, es una trama sobre el respeto, la tolerancia y nuestra sociedad. Pero la moraleja está dosificada con una ternura y un cariño ejemplares, y añade puntos a la historia principal con tramas como la del enfrentamiento entre padre e hijo, que la hacen aún más atractiva. Sin caer en demasiado sentimentalismo barato o en la ñoñez más edulcorada y light. Con bastante sensatez. Y con unos personajes principales que son una maravilla, aunque el joven protagonista merecía algo más de trabajo en el guión.

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Además las referencias a la cultura popular y los chistes modernos se encuentran en Como Entrenar a tu Dragón moderados al máximo. Son quizá el punto flojo de la película, su mayor deuda con otras cintas inferiores del estudio, como Madagascar o la saga Shrek, pero es un pequeño pago cuando se realiza un viaje en tan buena compañía. El guión está muy bien escrito y posee fuerza, drama, humor, sinceridad y frescura, con unos diálogos que funcionan perfectamente como en una película de cine adulto. De las buenas además. Algo tendrá que ver en todo ello que nos encontremos ante los guionistas y directores de una de las últimas joyas Disney la la animación tradicional, Lilo y Stich (echénle un ojo a Toothless de nuevo. ¿No les recuerda esa cara a nadie?), pero es que además vienen acompañados por nombres tan interesantes como el de Peter Tolan, creador de la genial, y muy adulta, serie Rescue Me.

Puede parecer que toda esta oda al guión y el buen gusto, dejen de lado la animación y la calidad visual de la historia que se cuenta. Nada más lejos de la realidad. En esta película se ha cuidado la animación de una forma soberbia, aunque el diseño visual de algún personaje sea algo plano. Pero en las escenas de vuelo, sobre todo en el empleo de las 3D, la cinta se eleva, se eleva mucho sobre el resto de ejemplos animados y se acerca al magistral empleo de la misma en UP. Ya nos e trata de lanzar cosas continuamente a la cara del espectador, del impacto fácil y barato. Se trata de narrar e integrar este sistema, tan lucrativo como controvertido, como herramienta. Y hay momentos en el pasaje en el que supera en sus vuelos a la propia Avatar. Y eso es algo digno de verse. Tanto para niños como para mayores. Esperemos que a partir de ahora esta sea la linea a seguir por parte de Dreamworks, aunque parece ser que en Shrek 4 volverán a las andadas. De momento Cómo Entrenar a tu Dragón es una pequeña joya. Yo ya espero la secuela.

Jesús Usero

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