Crítica de la película Creed II. La Leyenda de Rocky
Mejor que Creed, la leyenda de Rocky , madura en historia, personajes y épica. Buena puesta en escena.
Creed II ha hecho todo lo que tenía que hacer para superar a su inmediata predecesora y además toma las decisiones correctas para madurar. No es mera explotación de la marca para seguir metiendo dinero en la taquilla, sino que complementa perfectamente Creed y se pone en cuatro estrellas y media, casi cinco, sacando adelante una asociación entre ambos largometrajes que, salvando las distancias, es en la saga de Rocky el equivalente a lo que fuera El padrino II para El padrino.
Lejos de repetir más de lo mismo, este largometraje hace avanzar a los personajes que ya conocemos, abundando en su construcción dramática, aportando mayor madurez y solidez a todos y cada uno de los participantes. Además deja sitio para que Michael B. Jordan pueda ganar en protagonismo y salga de debajo de todo atisbo de sombra de Stallone, del mismo modo que su personaje, Adonis Creed, crece y sale de debajo de la sombra de Rocky Balboa. Y eso sin perder por el camino el peso dramático de las aportaciones de Stallone como Rocky. Es así un cierre perfecto de la saga de Rocky y un punto de partida, viendo el buen trabajo del protagonista, para que Michael B. Jordan se haya ganado a pulso volar ya en solitario, sin Stallone ni Rocky en un Creed III. Así de bien ha madurado y evolucionado personaje y actor de la primera película a esta segunda.
Otro aspecto positivo de la película es que consigue que esa maduración y desarrollo de los personajes, por la vía del drama, prestando más solidez a la fábula boxística propiamente dicha, salga adelante con una puesta en escena que resuelve en plano corto, primer plano, apostando por el buen trabajo de sus actores, y no por ello renuncia en modo alguno a que cuando el plano tiene que ser general y buscar el espectáculo lo sea y brille también como contrapunto de la buena construcción de drama y personajes que tenemos en todo el resto de la película.
Por supuestos los combates están filmados con la eficacia que ya tuvimos en el primer Creed, pero aquí, por los elementos de argumento implicados en la trama -un nuevo enfrentamiento Creed-Drago-, ganan en épica y además se dosifican para aparecer en los momentos justos como revulsivo de acción frente a la propuesta dramática propiamente dicha.
Dolph Lundgren tiene aquí además oportunidad de lucir como actor liberado de la etiqueta de malo de opereta que le tocó llevar en Rocky IV, película divertida, pero que palidece evidenciando su naturaleza de mero cine de explotación frente al tratamiento de lo que allí se contara como sustrato para lo muy superior que podemos disfrutar en Creed II con esos mismos personajes. Evidentemente tiene morbo a nivel comercial recuperar a Drago, pero también es muy coherente para construir ese arco dramático común integrado por Creed y Creed II que no en vano gira en torno al huérfano de Apolo Creed.
Incluso cuando juega la baza del melodrama, Creed II lo hace con tal sobriedad y solidez visual -las alusiones visuales a Apolo Creed en el gimnasio con su hijo, su nieta y las cuerdas del ring, o el último plano de Rocky en torno al ring-, que saca partido a su buena administración incluso de lo que podrían considerarse lugares comunes en este tipo de película y saga. Puede incluso repetir el motivo de Rocky hablando con su esposa muerta, y funciona, y es pertinente porque aporta a la fábula que nos están contando.
Creed es buena. Pero Creed II la completa y la mejora, y hace evolucionar la saga a un peldaño más alto. Por eso pienso que si a Creed le puse 4 estrellas, Creed II debe tener cuatro estrellas y media.
Miguel Juan Payán
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