Crítica de la película Criminal
Entretenida y competente película de acción con fondo de ciencia ficción.
Tomando a ratos una identidad prestada de películas como Cara a cara de John Woo y la saga de Jason Bourne, Criminal es más divertida de lo que me esperaba y, salvo por su empeño en meter con calzador una subtrama sentimentaloide que no viene al caso y además es difícil de tragar, me parece que funciona muy bien como título de evasión. Bien, muy bien defendida por sus actores, con un Kevin Costner que tira de veteranía para sujetar y construir el personaje protagonista por encima de todos los tópicos que le han echado encima, y sobreviviendo incluso a una desnaturalización del personaje de partida que le lleva a convertirse de villano ejemplar en antihéroe a la fuerza, respaldado eficazmente por los siempre infalibles Gary Oldman y Tommy Lee Jones, con Jordi Mollá completando el cuarteto en clave de villano muy solvente. Incluso Gal Gadot, a la que le toca el papel más tontorrón y con menos recursos argumentales, un topicazo de cuidado, esquiva el manto de llorona simplona y edifica como mejor puede algo más asumible por el espectador, luchando con un momento de subtrama promocional de los valores de la familia que francamente se podían haber ahorrado porque es un panfleto moñón y además poco currado que no entra ni con calzador en el resto de la trama.
Cierto es que el personaje de Costner y la propia película funcionan mucho mejor al principio, cuando todavía no entran en juego las maniobras de “dulcificación” de dicho personaje, un psicópata incapaz de empatizar con el prójimo que en los primeros acordes de la película funciona muy bien como sorpresa, y aunque luego se va descafeinando un poco en el contacto con el personaje de Gal Gadot, consigue mantenerse a flote con solvencia. Habría sido mucho más interesante de mantenerse en plan agente del caos, una especie de personaje de antagonista nihilista como el que interpretara Michael Keaton en Medidas desesperadas. Convertirle en “el enemigo de mi enemigo”, hacer de él una bomba de destrucción masiva lanzada contra el exótico antagonista interpretado por Mollá (lo etiquetan como “anarquista español”, qué cachondos…). Pero han preferido jugar la baza de la domesticación más o menos controlada que por otra parte ya hemos visto antes en otros personajes interesantes, como el que interpretara Mel Gibson en Arma letal o Mad Max convertido en niñera en Más allá de la cúpula del trueno… Es comprensible esa búsqueda de giro comercial del asunto, pero no por ello resulta menos frustrante cuando advertimos las posibilidades de echarle más valor al asunto e ir hasta el final real de estos personajes con todas las consecuencias. Lamentablemente los códigos de moralina del cine comercial de nuestros días parecen trazar fronteras muy exigentes para estos personajes que empiezan siendo interesantes desde los límites pero acaban engullidos por el pantano de lo convencional.
Sea como fuera, Criminal es una de las películas más entretenidas que he visto este año, contemplada desde su militancia en la liga del cine de acción y evasión sin mayores aspiraciones.
Miguel Juan Payán
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