Crítica Cuando acecha la maldad ★★★

Crítica Cuando acecha la maldad película dirigida por Demián Rugna con Ezequiel Rodríguez, Demián Salomón, Luis Ziembrowski

Una de las mejores películas de terror del año.

De qué va Cuando acecha la maldad

Dos hermanos que viven aislados en el campo escuchan varios disparos en la noche, y cuando acuden al lugar a investigar descubren cerca de su propiedad los restos descuartizados de un extraño.

Crítica Cuando acecha la maldad

Lejos de los retorcidos intentos por renovar el género sin llegar a moverse nunca del mismo sitio que suelen proponernos la mayor parte de las producciones estadounidenses de terror que llegan a nuestras córneas habitualmente, esta producción argentina consigue darnos algunos sustos muy logrados y siembra la inquietud en el espectador desde un abordaje del género que regresa al punto de partida del mismo en los años setenta.

Cotidianeidad, cercanía, cruce de las pinceladas fantásticas con segunda lectura de carácter social más próxima a las inquietudes del espectador -la violencia familiar y la infancia víctima como emblemas de sus momentos más perturbadores-, todo ello tejido desde una aproximación visual naturalista con momentos de objetividad argumental en los que el realismo se da la mano con la sordidez truculenta y lo posible saluda a lo imposible.

Homenaje a los clásicos

Dotadas con inesperados momentos brutales que provocan el sobresalto, sólida y contundente en su abordaje del miedo como camino hacia la locura, esta película construye una grata sorpresa trabajando desde la sencillez, al tiempo que articula su discurso genérico con pleno conocimiento de las claves esenciales del terror cinematográfico y acierta a mezclarlas convenientemente con ese aire casi de documental que fue la mejor carta esgrimida por los directores del nuevo terror para orientar las fábulas de miedo en el cine en una dirección mucho más interesante a finales de los años sesenta y principios de los años setenta del pasado siglo veinte.

El arranque marca ya la identidad elegida por la película como fábula de entorno rural en la cual lo grotesco en la presentación de la amenaza saca el máximo partido a la situación perfectamente posible de vecindario alarmado en una comunidad pequeña y aislada. Imposible no pensar en ese contexto en la sencillez que caracterizara a imprescindibles clásicos como La última casa a la izquierda (Wes Craven, 1972), ¿Quién puede matar a un niño? (Narciso Ibáñez Serrador, 1976), La campana del infierno (Claudio Guerin, 1973), con algún que otro momento que recuerda a REC (Jaume Balaguero, Paco Plaza, 2007).

Durante el visionado no he podido evitar recordar la colección de películas terroríficas, truculentas, sádicas incluso, que sembraron de escalofríos mi paseo por los cines en los años setenta, la mejor época para descubrir el cine para adultos que pueda llegar a soñar cualquier adolescente.

Desde unos primeros compases de la película, que casi remiten a lo policíaco, Cuando acecha la maldad se revela rápidamente como una pesadilla en la que el camino hacia lo sobrenatural pasa siempre primero por la senda de la realidad: el aislamiento y abandono de los pequeños pueblos por parte de las autoridades, los miedos supersticiosos como motor de la violencia, las órdenes de alejamiento y la violencia del matrimonio contemplado por los hijos, el peligro de tragedia posible pero imprevista que acecha en los elementos más familiares de nuestro entorno y nos hará mirarlos con otros ojos después de ver la película, la violencia súbita y salvaje que nos rodea y perpetramos en cuanto bajamos la guardia de la ligera capa de civilización con la que nos gusta adornarnos.

El director bonaerense Demián Rugna se confirma en Cuando acecha la maldad como uno de los más interesantes cultivadores del género de terror en el cine, mejorando aquí algunas de las buenas pistas prometedoras de escalofríos sólidos que ha ido dejando en sus trabajos anteriores en el marco del género desde el guion y la dirección, en su película Aterrados (2017) y su colaboración con la divertida película antológica Satanic Hispanics (2022).

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Demián Rugna se confirma como uno de los más interesantes cultivadores del género de terror en el cine, mejorando aquí algunas de las pistas prometedoras de escalofríos sólidos que ha ido dejando en sus trabajos anteriores desde el guion y la dirección, en su película Aterrados (2017) y su colaboración con la divertida película antológica Satanic Hispanics (2022).

                                                               Miguel Juan Payán

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