Crítica de la película Emma
Una excelente adaptación de la novela de Jane Austen.
No es nada fácil cuando es un material que se ha adaptado en multitud de ocasiones y para multitud de formatos, ya sea en cine, en televisión o en teatro, así que adaptar Emma o cualquier otro texto de Jane Austen, supone un reto para quien lo acometa a la hora de hacerlo reconocible pero fresco. Distinto y original, pero con el sabor de la obra original. Es evidente que el material original tiene suficiente miga como para ser más que interesante, pero hay que saber hacerlo bien, y los responsables de esta última adaptación de Emma, que quedó colgada en el calendario de estrenos debido a la pandemia, han sabido hacerlo muy, muy bien, consiguiendo una mirada nueva a la historia clásica, gracias sobre todo a una portentosa protagonista.
La historia es más que conocida, una joven decide anteponer sus filias, fobias, gustos y disgustos, a los de aquellos que la rodean, manipulando la vida romántica de todos ellos, sin poner orden a la suya propia realmente. Eleanor Catton, la guionista de la excelente miniserie Las Luminarias, nos presenta una adaptación muy fiel al material, pero limpia de polvo y paja, reducida a la mínima expresión necesaria para no aburrir al espectador. La novela daría para horas de reinterpretación, y la película apenas supera las dos horas de metraje, lo que hace que sea mucho más sencillo disfrutar nuevamente de la historia. Eos es, en gran medida, gracias al guión de Catton, que sabe condensar todo lo que debe brillar en una adaptación así. Diálogos ingeniosos, humor inteligente y ácido. Y bastante mala uva.
Por supuesto hay que encontrar a la Emma adecuada, y la película no tiene ningún problema en confiar en la magnífica Anya Taylor-Joy, joven actriz que demuestra con cada papel que está destinada a hacer grandes cosas. Aquí, con una sencillez asombrosa, nos hace sonreír y reír, y consigue lo más difícil, que pese al tono irritante y malcriado, manipulador y a veces insoportable de Emma, sintamos empatía por ella. Por supuesto un nombre como Bill Nighy como padre de la joven suma un mundo, como lo hacen nombres como Rupert Graves, Miranda Hart (un pequeño pero memorable papel), Mia Goth o Myra Mcfayden. Ayudaría que Johnny Flynn estuviese a ese nivel, pero no hay la suficiente química entre él y la protagonista y ahí se resiente la película.
Autumn de Wilde es una reputada directora de cortos y videoclips, que pasa al largometraje con un clasicismo magnífico y una muy elegante puesta en escena. Podemos notar que la película tiene un presupuesto ajustado, y la directora sabe sacarle mucho partido. Quizá no sea memorable, pero es notable su esfuerzo. Y puede que ese sea su segundo gran pecado, la dirección no va a revolucionar la película ni las adaptaciones de Emma. Una lástima porque podía haber ofrecido un poco más. A lo mejor debemos culpar al presupuesto. O simplemente somos demasiado exigentes. Lo que está claro es que Emma no es sólo una notable adaptación, sino que es una muy buena película, divertida y con ritmo.
Jesús Usero
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