Crítica de la película Géminis
Entretenida. Técnicamente curiosa. Visualmente atractiva. Guión tópico.
Lo primero que quiero aclarar es que en lo visual pienso que es un buen espectáculo para ver en cine. Pantalla grande y tal. Ang Lee sabe dominar ese nuevo aporte técnico con una solidez que puntúa a favor del espectáculo. Hay poco que criticar y mucho que valorar en ese terreno. Lee cumple. Y la acción funciona.
Otro asunto es la historia. El guión y los diálogos son un explotación de tópicos. Todo es muy previsible y sin aportes nuevos a la fórmula argumental que aplican. Es una sucesión de esquemas ya mejor explotados en sagas como la de Jason Bourne o Misión imposible. Y en su conjunto remite a los esquemas argumentales muy manidos del cine de acción de los años noventa.
A su favor cuenta con los actores para defender con solidez incluso las propuestas, frases, momentos y topicos más sonrrojantes de su guión y diálogo. Le ponen vida a personajes que son recortables, bocetos sin desarrollo, sin viaje en sus historias. Y así podemos digerir esa sistemática sucesión de previsibilidad que habita toda la película.
En esta bollería industrial de carrera-persecución con glaseado de enredo conspiranoico y cabello de ángel de anécdota argumental ligerita sobre los conflictos padre-hijo y la brecha generacional, conviene ni venirse arriba y recordar siempre que menos es más. Ponerse a explicar algunas inconsistentes propuestas del argumento o tirar de dilemas éticos simplistas suele acabar siendo antes un lastre que una ayuda
Y ese lastre abunda en Géminis. Entre lo peor de todo está el final. Es un desenlace precipitado, con dos forzadas guindas que pretenden atar cabos sueltos e instalar un optimismo que choca frontalmente con la parte más oscura e interesante de la propuesta, evidenciando que todo lo argumental es pura pose para servir como pretexto a lo técnico.
Digamos que es demasiado obvio que a los responsables del asunto no les parece que darle más solidez a la historia sea importante. En eso son conformistas: se limitan a elaborar una fábula entretenida que sirva como pretexto al despliegue tecnológico y el alarde visual.
Mala decisión.
Así es como les sale una película-laboratorio, mero pretexto para probar el sistema. Un sistema que por otra parte me hace pensar que el cine está tirando la toalla en su propio lenguaje para entregarse a la fusión definitiva con el videojuego.
Otra mala idea.
A pesar de todo esto, es una película entretenida, en la que quizá los incondicionales de los comics de acción de la editorial Valiant sabrán ver algún paralelismo con propuestas visuales de las viñetas de colecciones como Bloodshot o Ninjak. Y Mar y Elizabeth Winstead es lo mejor de la película en un papel que siempre parece a punto de hacer más interesante lo que nos cuentan, aunque el guión no le de la oportunidad nunca por empeñarse en seguir mecánicamente un sendero trillado. Ella hace que su personaje parezca una infiltrada de la serie 24, que habría sido buen modelo a seguir para el guión.
Miguel Juan Payán
Compra tu entrada:
COMENTA CON TU CUENTA DE FACEBOOK
★
{spoiler spoilerID , haga clic en mí para abrirlo , cierre la etiqueta tanto en la parte superior como en la parte inferior , ambos} texto dentro del spoiler {/spoiler}
