Crítica Ghosting película de Apple Tv+ dirigida por Dexter Fletcher y protagonizada por Chris Evans, Ana de Armas y Adrien Brody
La química entre los protagonistas salva una cinta de acción algo vacía.
Una historia que toma su inspiración en el cine de acción de los noventa y que bebe los vientos especialmente de Mentiras Arriesgadas, con ese thriller de espionaje en el que uno de los personajes esconde la verdad al otro y cuando ésta sale a la luz, ambos se ven envueltos en una lucha por sus vidas. Pero Dexter Fletcher, el director de Rocketman y el responsable de terminar Bohemian Rhapsody cuando Bryan Singer fue despedido, no es James Cameron.
Ni tiene su energía narrativa, ni puede hacer el despliegue que hacía aquél, ni tiene un guión con la suficiente coherencia y chispa como para que esta película no parezca rutinaria, vulgar y mil veces antes vista. La salvación reside en los personajes interpretados por Ana de Armas y Chris Evans, y en la química que tienen entre ambos.
Un hombre que se dedica a ayudar en la granja familiar y a llevar el puesto del mercado local, conoce a una mujer fascinante con la que pasa momentos maravillosos y de la que cree enamorarse. Por ello la sigue hasta Londres, donde descubrirá la amarga realidad. Ella es una agente de la CIA y él se verá envuelto en una de sus peligrosas misiones, donde se conocerán realmente.
Nada nuevo bajo el sol en el argumento, que en su vulgar lucha de sexos recuerda mucho, como decíamos, a aquellas comedias de acción de los noventa o inicios del nuevo siglo, con Mentiras Arriesgadas o Sr. y Sra. Smith como espejos en los que mirarse. Aunque con algo menos de gracia que en aquellas ocasiones. El guión, inicialmente de Rhett Reese y Paul Wernick, los guionistas de Deadpool sin ir más lejos, carece de chispa, originalidad o desarrollo real de personajes. Tiene humor y sobre todo, tiene a sus dos protagonistas.
Sí, Ana de Armas es mejor actriz que actor es Chris Evans, y lo demuestra en cada momento de la película, pero la verdad, el guión es tan simple que no hace falta el esfuerzo y ambos salen triunfales por puro carisma y química, algo que ya está más que probado en la pantalla, porque esta no es ni mucho menos su primera película juntos, como ya sabemos. Son una combinación de éxito porque tienen encanto y porque funcionan muy bien en pantalla. No sólo son dos rostros bonitos, tienen química, tienen algo especial que hace que la historia sea interesante incluso en momentos en los que no termina de arrancar.
El villano, Adrian Brody, no puede tener menos personalidad, y otros secundarios son desaprovechados, todo en favor de unos cameos espectacularmente divertidos. Sí, los cameos funcionan hasta hacernos olvidarnos de la trama central y pedir más. Lo cual quiere decir que esa trama central, precisamente no funciona.
Es la primera cinta de acción de su director y en parte se nota. Hay momentos espectaculares, sí, especialmente en el rescate inicial, la más elaborada de las secuencias de acción, y hay un gusto por el uso de efectos especiales y no efectos visuales, con coches saltando al vacío y dobles de acción cayéndose de un autobús. Menos CGI de lo habitual, lo que está bastante bien.
Pero en otros momentos la película parece más una serie de televisión de medio pelo, a nivel visual, que una superproducción. Y, normalmente, todo sucede en el mismo instante. Un tiroteo espectacular seguido de una persecución a pie algo ridícula, convertida en una persecución de coches impresionante… No son memorables, pero cumplen. Lo que no cumple es ese guión que es pura fórmula y que hace que, una vez terminemos de ver la película, nos olvidemos de ella.
Jesús Usero
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