Crítica de la película Greyhound
Cine bélico naval de impecable factura técnica y magnífico ritmo.
Y además viene apadrinado por su protagonista, Tom Hanks, quien también es el encargado de adaptar el guión, basado en el libro de C.S. Forester. Hanks no es nuevo en esto de escribir guiones, desde que hiciese el de The Wonders, su debut como director en el cine, pero también ha escrito un episodio de Hermanos de Sangre o Larry Crowne, entre otras cosas. No es algo en lo que se prodigue demasiado el actor, pero no es su primera vez, y nadie puede decirle que no sabe lo que está haciendo. De hecho lo sabe a la perfección porque condensa la historia en poco más de noventa minutos, no la alarga demasiado ni la estira donde no debe. La película va al grano casi desde el principio…
Una travesía a través del Atlántico para una pequeña flota, liderada por un comandante que se enfrenta a su primer mando, en 1942, y cómo la misma se convierte en una lucha contra los elementos, el cansancio y, sobre todo, los submarinos alemanes que acosaban a la flota protegida por unos pocos barcos militares. Un camino que otros podían haber optado por convertir en una tragedia de más de dos horas de duración, pero que Hanks con su guión y el director Aaron Schneider, responsable de la magnífica El Último Gran Día. Y si hago hincapié en esto es porque es extremadamente raro salvo en producciones de muy bajo presupuesto. Esta no lo es. De hecho iba a haber sido estrenada en cines pero la pandemia llevó a Apple a comprarla de manos de SONY para estrenarla en streaming en todo el mundo.
Hanks por supuesto lidera el reparto con convicción y su habitual talento. No, no estamos ante el papel de su vida, ni esto es Capitán Phillips, por ejemplo. Pero el actor necesita bien poco para sacar adelante su papel, que es el único realmente desarrollado de la película. Porque el resto son meros bocetos, incluyendo los nombres más conocidos como Elisabeth Shue, Manuel García Rulfo o Stephen Graham. Sus personajes muchas veces son meros adornos de la historia, no personajes completos. Tiene que ver con la duración de la película y su guión esquemático, evidentemente. Porque aquí se viene a por la batalla épica en el mar, ni más ni menos. Los dramas de los personajes no interesan…
Por supuesto gracias a Schneider la película tiene un magnífico empaque visual, es brillante incluso por momentos, y consigue que nos emocionemos con su épica y su eterna persecución en el mar. Agotadora, desgarradora y brutal. No es sencillo, porque los barcos no son elementos móviles que ayuden a ese tipo de emociones. Si un barco tarda cinco minutos en girar o llegar a un punto… no es sencillo hacerlo interesante visualmente. Pero lo consigue. Con un buen presupuesto, pero no brutal, y sin grandes lucimientos. La película cumple, es consciente de todas las limitaciones que tiene, las sortea como buenamente puede, se apoya en la sencillez de su guión y en una estrella como Hanks y nos da noventa minutos de entretenimiento. Sin más. Perfecta para una tarde de domingo y para los fans del cine bélico.
Jesús Usero
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