Crítica Kraven The Hunter película dirigida por J.C. Chandor con Aaron Taylor-Johnson, Russell Crowe, Ariana DeBose
Entretenida, mejor de lo esperado, aunque el Kraven de los comics no está ni se le espera.
Más que Kraven es un Tarzán cabreado, pero Aaron Taylor-Johnson lo vende muy bien.
Te gustará si no te gustó…
Es por lo menos más sólida como película que todas las propuestas de personajes del entorno de Spiderman que nos han llegado últimamente, mejor que Morbius, mucho mejor que esa inexplicable equivocación que fue Madame Web – crónica de una catástrofe anunciada-, y mejor que los últimos Venom. Más centrada. Más sabiendo a donde va, así es una sorpresa grata, e inesperada, frente a sus precedentes y frente a lo que muchos nos temíamos.
Puntos a favor
¿A qué se debe esta visión positiva? Voy a intentar explicarlo fácil y claro, para que nadie se confunda y luego vaya por ahí diciendo que Payán afirma que Kraven es tan buena como El caballero oscuro, o algún disparate por el estilo. Que a veces parece que el personal solo lee el titular y se limita a mirar el número de estrellas para desatar la tomatina sobre el que suscribe o sobre cualquier otro de mis compañeros.
- La violencia bien servida y suficientemente dinámica y bestia para sostener las secuencias de acción y peleas en una saludable fisicidad.
- Kraven mata. Y mata con mala leche.
- Han esquivado meter un rollete romántico entre Calypso y Kraven, lo cual habría sido un lastre para el resto del relato, y desviaría la atención del centro del mismo, que es el conflicto padre e hijos.
- Aaron Taylor-Johnson vende muy bien el personaje, dándole personalidad con chispa trabajando con lo poco que le da un guion que tira hacia lo esquemático. De hecho, cualquiera que vea el prólogo de esta película quedará convencido de que el actor puede ser un buen James Bond y además le daría un tono de personalidad diferenciada de sus predecesores y con capacidad para recuperar la chispa humorística del personaje que ha escaseado en a la etapa Daniel Craig, más adicta a la tragedia seudo shakesperiana.
- Russell Crowe sale lo suficiente y su personaje tiene presencia real y continuada en la trama y peso en la misma. No está de visita, como en La momia con Tom Cruise, por poner un ejemplo.
- Va bien de ritmo, son dos horas que no aburren, no tienen valles de decadencia o cansancio en la narrativa y mantienen el interés ajustándose a su naturaleza de producto de evasión y entretenimiento.
Puntos en contra
- Los antagonistas flojean. El extranjero se queda en amenaza floja y poco inquietante con su truco de parar el tiempo, anti cinematográfico y corta rollos, sobre todo en el encuentro con Kraven, que es pura fisicidad en combates cuerpo a cuerpo. Hacen falta ahí más artes marciales o algo. El Rhino está astutamente dosificado, es como un anuncio del estallido final, pero cuando finalmente estalla se queda en los efectos visuales demasiado teleñeco. Y el Camaleón aparece demasiado tarde. Deberían haber potenciado más el nivel de amenaza de Russell Crowe contra sus hijos, pero la película navega con miedo por ese territorio, se corta y mantiene una ambigüedad reservona a la hora de convertir a papá Kravinoff en un mal bicho. Lo malo es que tampoco tiran del recurso de una alianza entre padre e hijo modo “el enemigo de mi enemigo es mi aliado”, que podría haberles dado juego. Ni lo uno ni lo otro.
- Añadido a los efectos visuales, además de que se le puede pedir más a la transformación final de Rhino también se puede pedir más a los saltos en el vacío de Kraven, que queda un poco muñeco.
- El guion no profundiza nada en nada en ningún momento. Juega en perfil medio tirando a bajo en lo que se refiere a conflictos de personajes y esquiva las sombras sustituyéndolas por acciones trepidantes -por ejemplo, la locura de Kraven en los comics relacionada con el personaje de la madre, que aquí es solo esbozo con guiño arácnido al comic La última cacería de Kraven, pero nada más. Se queda en la superficie más básica de los conflictos y personajes que plantea.
- ¿Filantropía sangrienta? Este Kraven parece ser un asesino a sueldo altruista o algo parecido, porque no queda nada claro quien le paga para que se dedique a ir por el mundo liquidando fulanos. Vale que al muchacho le gusta la caza del hombre, que es un depredador y tal, pero como obra social lo de ir llenando bolsas de cadáveres así por amor al arte y jugándose el gañote por el chute de adrenalina no queda bien explicado.
Miguel Juan Payán
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Crítica Kraven The Hunter
