Crítica La Cocina película dirigida por Alonso Ruizpalacios y protagonizada por Raúl Briones, Rooney Mara, Anna Díaz y Oded Fehr.
La Cocina presenta un torrente de imágenes impactantes y situaciones al borde de la locura, hilvanadas con maestría por Alonso Ruizpalacios.
De qué va La cocina
The Grill es un restaurante situado en la zona cercana a Times Square, en Nueva York. Allí acude Estela (Anna Díaz): una joven mexicana que busca trabajo en la cocina del local, debido a una supuesta recomendación de su pariente y amigo llamado Pedro (Raúl Briones). Después de una vertiginosa entrevista con el encargado de personal, la chica es llevada a las entrañas del local, donde se pone a ayudar al nervioso e hiperactivo Pedro. Poco a poco, la veinteañera descubre el universo al borde del abismo en el que se mueven los cocineros y las camareras de The Grill. Un infierno de platos y actividad frenética en el que planea el desastre, después de que el contable descubra que faltan ochocientos dólares de la caja.
Crítica La Cocina
El director mexicano Alonso Ruizpalacios desborda creatividad con esta crónica coral, que en realidad se erige como un inteligente e ilustrativo retrato de la sociedad estadounidense (la misma que acaba de dar la victoria aplastante a Donald Trump como presidente de USA). El cineasta mexicano toma como foco inicial la figura de una joven centroamericana, ingenua y asustada, para descubrir a los espectadores el mundo que se esconde tras los interminables pasillos de un restaurante neoyorquino de cierta elegancia, en el que la lucha entre los explotados y los explotadores adquiere tintes de dramatismo profundo.
Para narrar su historia a múltiples bandas, Ruizpalacios echa mano de un individuo pendenciero y romántico llamado Pedro: alguien que intenta sobrevivir a zarpazos en la “jungla de asfalto”, pese a su condición de trabajador sin papeles y con sueños propios para escapar del infierno diario que experimenta. Este hombre roto por el salvajismo capitalista de su jefe y por el amor incondicional hacia una camarera conocida como Julia (Rooney Mara) marca la narración con una amargura explosiva y contagiosa, que le lleva a practicar una revolución ceñida al ámbito de los fogones, sin posibilidad de alcanzar el triunfo o de simplemente salir indemne de ella.
Ruizpalacios ejecuta La cocina con un dominio perfecto del lenguaje audiovisual, y con un blanco y negro que se queda congelado en la retina. Semejante técnica exhibe su capacidad para ilustrar en su complejidad la asfixia emocional de un conjunto de personajes que viven en sus propios cuerpos “la pesadilla americana”, y que les mina poco a poco; hasta hacerles comportarse como enajenados sometidos a las desilusiones de un sistema que se aprovecha de su esfuerzo, sin otorgarles un mínimo de valor y reconocimiento humano.
La cocina expone sin paños calientes ni eufemismos la batalla étnica que se libra en Estados Unidos, y que los mensajes supremacistas sitúan en una esfera de caos que no es tal. Esta falta de andamios racionales afecta a Pedro y al resto de los tipos que deambulan por el metraje, y les hace partícipes de un aquelarre en el que no hay manera de escapar. Escenas como la del antiguo trabajador de una entidad bancaria que se acerca al restaurante a por una comida caritativa así lo demuestran.
Te gustará si te gustó…
El cine de tipo social que suele firmar Ken Loach o la genial y desesperanzadora Roma, de Alfonso Cuarón.
Jesús Martín
Copyright 2024 AccionCine. Se permite el uso del contenido editorial del artículo siempre y cuando se haga referencia a su fuente, además de contener el siguiente enlace: www.accioncine.es
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp o Telegram para recibir las noticias en tu móvil o únete al grupo AccionCine de Telegram para conversar de cine y hacer amigos.
Crítica La Cocina