Crítica La sustancia película dirigida por Coralie Fargeat con Demi Moore, Margaret Qualley
Terror y sátira se dan la mano con brillantez y una deslumbradora Demi Moore
Demi Moore ha encontrado en su propia versión moderna de Sunset Boulevard (El crepúsculo de los dioses, Billy Wilder, 1950), y se pone en modo Norma Desmond para pasearse entre la denuncia y la autoparodia provocadora y consciente en esta película que está al mismo tiempo entre lo más divertido y lo más perturbador que nos ha dado este año de cine hasta el momento.
La acompaña un Dennis Quaid que no se queda atrás en su personificación de la variante más repulsiva del productor de ocio audiovisual televisivo estadounidense, igualmente trasplantable a cualquier otro país.
Inteligente y estimulante al estilo Cronenberg
Moore y Quaid se conjuran con la directora Coralie Fargeat para poner en pantalla una grata sorpresa para el aficionado al cine que todavía confía en encontrar en una sala de cine una alianza de ocio y entretenimiento con discurso inteligente y estimulante para la reflexión.
El trabajo de Fargeat recuerda los primeros trabajos de Cronenberg, en los cuales todo era posible y solo estaba garantizada la sorpresa, el humor negro y la vocación de estimular la reflexión del espectador desde el mejor uso de la libertad que otorgan los géneros cinematográficos cuando caen en manos de gente que, como es el caso que nos ocupa, parece disfrutar de los mismos y no reniega de su capacidad como vehículo de entretenimiento ni piensa que la misma anula toda posibilidad de elaborar un discurso agitador de ideas en el patio de butacas.
La sustancia no deja títere con cabeza en su viaje de fusión del cuento de hadas con princesas y brujas con el horror de la nueva carne estilo Cronenberg y el atinado dibujo de los juguetes rotos de la industria del cine y la televisión, extensible a cualquier otro entretenimiento que nos proporcionen las nuevas tecnologías en nuestros días.
Humor negro
La película juega muy bien las bazas que le proporcionan temas clásicos y siempre eficaces en el género fantástico como el miedo al doble, la tentación de la cirugía estética, la decadencia de la senectud, el anhelo de la vida eterna, y apunta todo ello visualmente deslizándose como una navaja por el territorio de lo grotesco, generando una tormenta perfecta de humor negro donde la protagonista y la antagonista intercambian identidades y funciones, volviendo loca la brújula de nuestra empatía.
Lejos de trepar al discurso moral fácil, la película esgrime al mismo tiempo el patetismo de sus criaturas como una herramienta para mostrar la corrupción de nuestra sociedad asociada a la fragilidad de la memoria del público y los peligros de la adicción a la fama, que harían bien en anotar las estrellas del mundo youtuber e influencer de nuestros días.
El tiempo como enemigo, la vejez mal digerida, el ocaso y la añoranza de los sueños de juventud entre las canas del anciano, son los hilos del tapiz que teje la directora para poner en marcha su pesadilla urbanita desarrollada en interiores y exteriores tan vacíos, fríos, despojados y alienantes como la propia vida de los personajes que retrata.
Identidad y autoengaño
En el fondo de este amargo pozo anida el tema central de la pérdida de la identidad, el autoengaño, el síndrome del impostor y la renacida entrega a un materialismo irreflexivo que domina nuestros días como soberano absolutista e inmisericorde que nos convierte en títeres de nuestra obsesión por el físico y la imagen.
El ajuste de cuentas definitivo llegará en su desenlace, estimulante aquelarre donde nuestra participación y complicidad como espectadores/consumidores queda totalmente expuesta desde una mirada gamberra que culmina bien el resto del divertido e inquietante viaje que nos propone La sustancia.
Miguel Juan Payán
Crítica La sustancia
Copyright 2024 AccionCine. Se permite el uso del contenido editorial del artículo siempre y cuando se haga referencia a su fuente, además de contener el siguiente enlace: www.accioncine.es
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp o Telegram para recibir las noticias en tu móvil o únete al grupo AccionCine de Telegram para conversar de cine y hacer amigos.
Crítica La sustancia