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sábado, abril 27, 2024
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Crítica Napoleón ★★★★★ (2023)

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Crítica Napoleón película dirigida por Ridley Scott con Joaquin Phoenix, Vanessa Kirby, Tahar Rahim, Ben Miles, Ludivine Sagnier

Ridley Scott sorprende con un inteligente y atrevido retrato de Napoleón.

De qué va Napoleón

Recorrido por el ascenso y caída de Napoleón Bonaparte articulado sobre su relación con Josefina.

“Desnapoleonizando” a Napoleón

Lejos de ser, como algunos podrían pensar partiendo de lo que propone el tráiler de la película, una especie de encadenado de hazañas bélicas de las guerras napoleónicas en modo Gladiator, la última película estrenada por Ridley Scott es algo que agradezco mucho más: una sorpresa inteligente y atrevida, que se atreve a incorporar momentos épicos sin ser una película épica y muestra impresionantes secuencias de batallas sin ser una película de batallas.

Scott impone el relato intimista al canon de la epopeya y saca lo mejor de la alianza y la química entre Vanessa Kirby y Joaquín Phoenix para hacer de la relación compleja entre su Josefina -impresionante Kirby- y su Napoleón -impresionante Phoenix-, el motor de un recorrido por la figura del emperador de Francia que no tiene nada de previsible, se ríe del canon épico y más previsible del personaje y en colaboración con sus protagonistas entra en el territorio de lo íntimo incluso en sus momentos más bajunos, desarticulando la mitología del personaje histórico.

Más cerca del Barry Lyndon de Kubrick que del Napoleón de Abel Gance

Scott se aparta así del imposible intento totalizador e históricamente fiel de recreación de la grandeza de Bonaparte y su época como figura histórica y etapa clave de la historia de Europa, se aparta de la visión del personaje del impresionante Napoleón (1927) de Abel Gance, y se acerca más a Barry Lyndon (1975), la película con en la que Stanley Kubrick volcó parte de la información que había reunido para rodar su finalmente no realizada visión de Napoleón.

En ese esquema desarrolla Phoenix un Napoleón imprevisto incluso en los momentos clave de su ascenso hacia el poder, un Bonaparte que por tiempo de metraje  se mueve más en los momentos íntimos, en sus batallas privadas con Josefina, triunfando con su visión socarronamente paródica e incluso trágica y disparatada del personaje en las distancias cortas.

Ese distanciamiento del Napoleón más obvio y previsible, del Bonaparte de pedestal y figuritas de plomo que tradicionalmente ha sido el destino final de otros Napoleones cinematográficos, hace que Scott construya sobre la elipsis y la máxima dosificación el recorrido por los campos de batalla de su personaje, poniendo toda la carne en el asador en esa versión desmitificadora e incluso cómica en algunos momentos que aporta Phoenix al personaje.

Crítica Napoleón ★★★★★ (2023)

Contando mucho con muy poco

No obstante, Scott acude con eficacia a la cita ineludible con los momentos y personajes imprescindibles del recorrido vital y el ascenso al poder del protagonista haciendo uso de una notable habilidad e inteligencia. Deja bien definido el personaje de la madre del emperador y su peso y poder en su entorno, o la relación de ésta con Josefina con tan solo unas pinceladas y un par de escenas, aborda en breve pero con solidez los motivos que le llevan a coronarse emperador bajo inspiración de Talleyrand, que le propone coronarse rey provocando cierta hilaridad del protagonista por no saber mirar más allá, incorpora el aire “romano” que impregna al personaje como un “nuevo César”, por ejemplo en el abordaje visual y la composición del plano de su cara a cara con la esfinge en Egipto o el encuentro con el zar de Rusia, donde plantea también con tan solo un par de frases de diálogo y la secuencia posterior la política de construcción de la telaraña de poder aplicada por el emperador a través de los matrimonios, la importancia de la artillería en la estrategia de Napoleón y la superioridad de la marina británica… todo ello con un arranque con ritmo de fundido encadenado sin serlo que dibuja el paso de Napoleón desde la Revolución al final de Robespierre y del Terror y la Guerra Revolucionaria.

Crítica Napoleón ★★★★★ (2023)

Desde el principio Scott hace una declaración de intenciones en la manera en que muestra la entrada de Napoleón en combate, a caballo, en el asedio de Toulon, o las consecuencias de su brutal represión a cañonazos del levantamiento monárquico, o la manera en la que escapa rodando por los suelos en la proclamación del consulado. Pero por si no quedó claro el empeño de bajar a Napoleón del pedestal histórico, incorpora las miradas de la infiel Josefina a su amante en la secuencia de la coronación del emperador, pinchando así el globo de la recreación histórica tradicional en clave de epopeya.

El resultado es algo que el cine de nuestros días necesita desesperadamente: valentía para abordar la propuesta, atrevimiento e inteligencia para desarrollarla contra lo previsible, y como consecuencia de ello capacidad para sorprender no dándole al público lo que espera sino lo que realmente merece la pena.

Te gustará si te gustó…

Más cerca de Barry Lyndon (1975) de Stanley Kubrick que de Napoleón (1927) de Abel Gance.

                                             Miguel Juan Payán

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Miguel Juan Payán
Profesor de Historia del cine, Géneros cinematográficos y Literatura dramática

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