Crítica de la película Noticias del gran mundo
Fantástico western con aroma de clásico.
Un género que siempre nos dicen que ha fallecido, pero siempre regresa, ya sea de la mano de los hermanos Coen, con el neo western de Taylor Sheridan o con películas como la que nos ocupa, el regreso detrás de las cámaras de Paul Greengrass, un fascinante director la saga Bourne, Green Zone, United 93 o Capitán Phillips, película en la que también colaboraba con Tom Hanks. Aquí ambos vuelven al western más clásico, con una película que tiene un pequeño aroma a Centauros del Desierto o La Diligencia, pero pasado por el filtro de otros títulos modernos como Deuda de Honor (tiene mucho de esta película) y Desapariciones, por ejemplo. O incluso Valor de Ley, algo que se nota en la relación entre los dos personajes protagonistas.
Acabada la guerra Civil norteamericana, un capitán retirado viaja por los distintos pueblos de la región con un puñado de periódicos, leyendo las noticias a los lugareños que muchas veces no saben leer, por sólo 10 centavos por persona. La propia lectura está adornada con su tono y su talento para contar historias, lo que hace que sea muy popular entre las gentes del lugar. En el viaje entre pueblos encuentra a una niña abandonada y perdida. Es una joven rubia, de herencia germana, pero sólo habla una lengua nativa. Secuestrada siendo casi un niño, creía ser parte de la tribu. Pero con la misma asesinada ahora no tiene familia ni hogar. El capitán emprenderá la misión de llevarla a través de la región para encontrarse con sus auténticos familiares.
Una historia que no tendría el mismo poso y peso que tiene si no fuese por esos dos protagonistas principales, Tom Hanks y la joven pero descomunal, Helena Zengel, más que justamente nominada al Globo de Oro. La química entre ambas y la relación que se establece entre los dos protagonistas son el motor de la historia. Es un viaje que emprendemos con dos personajes perdidos, sin rumbo, sin un lugar al que llamar hogar, que descubren que tienen mucho, muchísimo que aprender el uno del otro. Y es un viaje lleno de aventuras y de peligros, al más puro estilo western, aunque con un par de momentos que recuerdan al buen cine de terror. Mención especial para los pequeños personajes de Elizabeth Marvel y Michael Angelo Covino.
Greengrass opta por un tono sobrio y contenido, donde la violencia, cuando explota, impone y marca a personajes y espectador. Su relato usa el paisaje como un personaje más, aunque más contenido que el estilo de John Ford, pero homenajeándolo, haciendo que sea rival, enemigo e inevitable compañero de viaje. La árida fotografía, el ritmo constante y siempre acertado… todo encaja a la perfección. Todo excepto ese gusto, especialmente al final, por la ñoñería, el almíbar y el exceso de edulcorante. Es una pena porque la película funciona de maravilla exceptuando esos momentos, donde la película se rinde al melodrama obvio. Sólo ahí flaquea esta excelente película que devuelve, una vez más, al western al lugar del que nunca debió marcharse.
Jesús Usero
★
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