Crítica Strangers capítulo 1 película dirigida por Renny Harlin con Froy Gutierrez, Madelaine Petsch, Gabriel Basso
Un previsible cortometraje estirado a largometraje aburrido.
Conste que mantengo el título con el que han decidido estrenarla en España por respeto al lector, al que no quiero confundir, pero mejor es Strangers Chapter One o Extraños Capítulo 1.
Una imperfecta tormenta de tópicos
Me resulta absolutamente incomprensible que un director con la experiencia de Renny Harlin se haya vendido a sí mismo esta patraña de terror absolutamente previsible, sin tensión alguna, que se desplaza cansinamente de tópico en tópico, en la cual no pasa prácticamente nada durante los primeros 45 minuto, y que además la cierre con un continuará que invita al exabrupto por parte del espectador.
Al parecer el proyecto aspira a trilogía, solo el señor Harlin sabrá por qué, pero lo que finalmente se presenta ante el espectador en este primer capítulo es una fábula muy poco original en todos y cada uno de su pasos, elementos, diálogos y personajes.
Nada sorprende, nada inquieta, nada asusta
Nada sorprende, casi nada resulta realmente inquietante y la originalidad salta por la ventana y sale huyendo como alma que lleva el diablo ya en los primeros tres minutos de película.
Sorprende además la falta de tono que le proporciona a su propuesta visual un director como Harlin, que a pesar de lo irregular tirando a floja de su filmografía, tiene a sus espaldas 39 títulos en los que son más rescatables algunas de sus incursiones en el cine de acción, con títulos como La jungla 2 (Alerta Roja) (1990), eficaz soft remake de La jungla de cristal, Máximo riesgo (1993), uno de los Stallone más consumibles, divertidos y taquilleros de los noventa, o Memoria letal (1996), donde anticipó la reivindicación del protagonismo femenino en el blockbuster con más eficacia que en su fallida La isla de las cabezas cortadas (1995), ambas protagonizadas por la que fuera su señora esposa, Geena Davis.
Torpe uso de recursos y arquetipos del género
Por lo que se refiere al terror, hace tiempo que Harlin demostró que la vida, el destino o la deidad a la que prefiera invocar el lector o lectora no han llamado al director por ese camino. El terror siempre le ha dado disgustos a Harlin y al espectador, aunque fuera con una película de ese género, la potable Presidio (1987), con la que se ganó el ticket de oro para debutar en el cine estadounidense con Pesadilla en Elm Street 4 (1988), igualmente pasable y que ahora se me antoja más digerible comparándola con Strangers Capítulo 1m, lo mismo que su fallida y átona El exorcista: El comienzo (2004).
Frente a todas ellas, Strangers Capítulo 1 produce la sensación de una película cansada de sí misma y del género en el que se encuadra, lo cual no le impide ponerse algo pedante en su reiterada sobrexplotación de los recursos más tontorrones y menos interesantes del terror, repetidos hasta la saciedad en otras películas que le dan cien vueltas.
Es más, para ser un director con experiencias anteriores en el género, que por otra parte está copiando descaradamente recursos vistos una y mil veces en otras películas, llama la atención su torpeza a la hora de plantear situaciones como la de la joven atrapada en una habitación al otro lado de una puerta. Tras la misma se suceden ruidos inquietantes que podrían generar inquietud -como ya mostró por ejemplo M. Night Shyamalan en un momento de La visita (2015), si no fuera porque Harlin decide acompañarlos con una serie de sonidos artificiosos que anulan las posibilidades del uso del sonido diegético con adornos extradiegéticos, algo así como hacer saltar por los aires en una explosión un vehículo como si estuviera rodando una de sus secuencias de acción trepidante.
El desenlace con despliegue visual en el bosque con los contrapicados de los enmascarados y el enfrentamiento final de los protagonistas parece más bien lo que debería haber sido el comienzo de la película, a modo de prólogo de la misma, y está mejor servido visualmente que el resto de la película, pero en todo caso sigue lastrado por una falta de ritmo y un guion que es un tupido y estúpido bosque de tópicos repetitivos, el coche que no arranca, el nebulizador olvidado, y un largo etcétera siempre mejor utilizados en otros largometrajes del género, como, en el caso de los enmascarados y el ataque a la casa, y por poner solo un ejemplo mejor de lo que aquí se intenta Nosotros (2019), de Jordan Peele.
Me interesa más lo que piensen las gallinas
Y como guinda y con parte de responsabilidad de la falta de ritmo e interés de toda la película, ahí tenemos a los dos inaguantables protagonistas, dos pipiolos envueltos en diálogos imposibles de tragar por lelos, gratuitos y absolutamente falsos. Su conversación no interesa absolutamente nada. Me interesa más lo que piensen y lo que les pase a las gallinas.
Lo más inquietante de esta película es que remata su faena con un aviso de “Continuará”.
Miguel Juan Payán
Crítica Strangers capítulo 1
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Crítica Strangers capítulo 1