Crítica Titanic 3D
La mítica película de James Cameron regresa a nuestras pantallas en 3D. Casi 15 años después de su arrollador paso por las salas de todo el mundo y de sus 11 Oscars de la Academia, la película de Cameron regresa a nuestras salas con un lavado de cara especial para la ocasión, la oportunidad de revivir el hundimiento más conocido de la historia en tres dimensiones, y de paso conmemorar el centenario de tan trágico suceso. Y aunque la sombra de un reestreno sólo por dinero planee sobre la película, la verdad es que sus muchos seguidores estarán encantados de disfrutar de nuevo de la película en pantalla grande. Lo que también le traerá nuevos seguidores.
También sé que la película tiene muchos detractores. Alguno de ellos se me lanzará al cuello, no lo dudo. Entiendo los motivos por los que no gusta Titanic. Pero siempre he sido un defensor de la película, con todo su almíbar y con todo su romance. Llámenme blando. Soy de los que piensan que Titanic era una muy buena película que logró empatizar con el público de un modo nunca antes visto, o visto muy pocas veces (estoy pensando en Lo que el Viento se Llevó en su momento), y lo mejor que se puede decir de ella es que todavía funciona.
Funciona a la perfección en su primera parte, donde el romance se presenta, pero además se nos presentan una serie de personajes reales que habitaron el barco y vivieron sus único viaje. Y porque esos personajes le aportan un punto de realismo a la película que valida el romance. Porque Winslet y DiCaprio siguen teniendo esa química juvenil y los chistes siguen funcionando. Porque cuando ella se desnuda para él todos contenemos la respiración.
Luego llega la parte del hundimiento, con unos efectos visuales y una manera de narrar prodigiosa, con un par de villanos brillantes como son Zane y Warner, con un metraje que pese a su duración, funciona como un reloj y con toda la espectacularidad de algunas escenas que siguen impactando como la primera vez, como cuando el barco se parte en dos o el momento de la boga entre los cuerpos helados. O el capitán encerrándose en el puente y viendo cómo se rompen los cristales. Algunos de ellos son los que hacen que el 3D merezca la pena y que la conversión, correcta pero sigue sin ser Avatar, nos deje más que satisfechos.
Así que no me importa lo que digan, Titanic sigue siendo una muy buena película que ha soportado muy bien el paso de los años, sobre todo en el campo de los efectos visuales, que podía haberla dejado desfasada. Y no importa que la historia central sea tanto un romance como el hundimiento del barco. Miren la última revisión del hundimiento que está haciéndose para tv. Todo el mundo apunta al mismo sitio. Ni tampoco que Cameron fusilase el guión de La última Noche del Titanic. Cuando el submarino baja a los restos del barco sigue siendo espectacular también. Merece la pena regresar al Titanic.
Jesús Usero.
