Crítica Un lío de millones película dirigida por Susan Béjar con Antonio Resines, Gracia Olayo, Clara Lago, Alberto Olmo
Remake de la película francesa Mis queridísimos hijos, muy superior a la original
De qué va Un lío de millones
Bego y Agustín son una pareja jubilada que disfruta de su apacible vida en un pueblo de la sierra de Madrid. Tienen dos hijos a los que apenas ven y no les hacen mucho caso, siempre poniendo excusas, pero aprovechándose de sus padres. Cuando les digan que no van a pasar las navidades con ellos, deciden fingir que han ganado el Gordo de Navidad y que son multimillonarios, lo que lo cambia todo.
No todos los remakes son malos, ni todas las comedias españolas, insulsas
Tenemos muchos prejuicios con el cine español en general y con la comedia en particular. Nos hemos formado una imagen en la cabeza de lo que son y de cómo debemos reaccionar ante ellas, con cierto desdén y creyendo que son todas iguales. Nos equivocamos de cabo a rabo, y con Un lío de millones nos equivocaríamos mucho. ¿Es una comedia navideña y bienintencionada? Sí, lo es. Y además es un remake de una película francesa de éxito. ¿Limita eso la película de Susana Béjar? No, en absoluto. La película funciona de mayoría, divierte y sorprende.
Y lo hace porque su guión, en primer lugar, tiene muchísima más mala uva de lo que parece a simple vista. Escrito por la propia Béjar y Ángela Armero, el guión mejora muchísimo lo que ofrecía la película francesa porque no se queda en la simple anécdota, sino que hace que nos identifiquemos con los personajes, ya sean los padres o los hijos. Es muy sencillo ver reflejados en los hijos o los padres de esta historia a gente que conocemos, a nuestra propia familia o a nosotros mismos. Y eso permite que veamos patrones de conducta, elementos cotidianos o situaciones complejas, con un nuevo prisma y con un humor muy ácido.
Además el guión sabe convertirse en algo más gracias a los puntos surrealistas que tiene, de personajes absolutamente disparatados que arrancan carcajadas sin parar, como la inmigrante que no habla español o el jefe en el estudio de arquitectura de la hija. O personajes aleatorios que aparecen de la nada y nos hacen reír a carcajadas con sus salidas de tono. Todo ello respaldado con un reparto maravilloso que está liderado por Gracia Olayo y Antonio Resines con una brillantez impecable.
Un reparto que supera las expectativas
Si el guión es superior al de la película original, el reparto ya, lo borda y es la guinda del pastel. Liderados por unos maravillosos Resines y Olayo, la película se apoya en los hijos, personajes repelentes donde los haya (personajes, no actores, no nos confundamos), interpretados por Clara Lago y Alberto Olmo, a los que adoramos odiar. No nos olvidamos de Itzan Escamilla y Lucía Caraballo, cuyos personajes merecían mucho más tiempo de pantalla para profundizar en sus historias. Y, por supuesto, Bianca Kovacs y Raúl Cimas, que roban cada plano de la película en los que aparecen.
Ajustar todo eso en sólo noventa minutos, conlleva el riesgo de que muchas historias secundarias, como decíamos, queden abandonadas o poco exploradas. O que el final sea demasiado apresurado porque necesita ajustar el metraje y comprimirlo todo. Pero sigue funcionando. Visualmente no reinventa la rueda, pero cumple centrándose en los personajes y el humor (mucho más disparatado de lo habitual, de verdad). Y quizás, al ser rodada en Navarra, en lugar de intentar hacerlo pasar por Madrid, podían haberla ambientado allí sin problemas. Pero, en general, se trata de una estupenda comedia navideña que sorprenderá a más de uno.
Jesús Usero
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Crítica Un lío de millones
