Crítica Vincent debe morir ★★★ (2024)

Crítica Vincent debe morir película dirigida por Stéphan Castang con Karim Leklou, Vimala Pons, François Chattot, Karoline Rose

Punto de partida interesante pero insuficiente desarrollo.

De qué va Vincent debe morir

Vincent es un diseñador de vida bastante común, que un día ve cómo desconocidos empiezan a atacarle al azar. Cuando los ataques se intensifican, Vincent deberá cambiar su vida por completo e intentar descubrir cómo evitar que estos ataques acaben con su vida en cualquier momento.

Crítica Vincent debe morir

Hay ideas buenas que a veces no acaban de ser bien explotadas por sus responsables. Ideas que prometen un viaje sorprendente para el espectador, que aseguran un camino nuevo para el mismo, o al menos uno que se desarrolle de una forma distinta a la prevista. Vincent debe morir tiene un punto de partida realmente interesante que te engancha para acompañar al protagonista en su peculiar viaje. Pero no cumple con esa promesa inicial, divaga, se dispersa y acaba siendo un relato insatisfactorio, casi como la introducción a un mundo que tiene mucho potencial, pero en el que apenas hemos empezado a arañar la superficie.

No quiere eso decir que la película de Stéphan Castang sea mala, la verdad, porque tiene suficientes elementos de interés como para que podamos disfrutar de ellos, pero sí que se convierte en un quiero y no puedo, o, casi peor, un puedo, pero no quiero, que hace que lleguemos al final de la historia sabiendo que no vamos a obtener las respuestas que pretendemos, o que el mundo que plantea no va a ser el que prometía al inicio. Se trata, en este caso, de expectativas levantadas por la propia historia cuando arranca.

Un justo ganador en el festival de Sitges a mejor actor protagonista.

Aunque durante el festival la película fue una de las muchas que no pudimos ver, ahora hemos podido comprobar por qué su protagonista, Karim Leklou, se alzó con el premio al mejor actor. Y, la verdad, es más que merecido. Su personaje, Vincent, por supuesto, se ve de la noche a la mañana, atacado por diversas personas, al azar, que parecen desear matarle sin motivo aparente, como poseídos por una rabia y un odio antinatural que hace que le asalten con lo primero que tienen a mano, para luego olvidar esa rabia. Cuando esos ataques se intensifiquen, la vida de Vincent deberá cambiar radicalmente para mantenerse con vida.

Esa idea, tan original y tan bien planteada, se va diluyendo poco a poco por diversos motivos que no tienen que ver con el propio Leklou, el cual se entrega en cuerpo y alma al relato y a su personaje, un tipo gris que trabaja como diseñador y que tiene una vida de lo más normal. Pero el guión cae en torpezas que no ayudan a la historia. El personaje femenino central aparece demasiado tarde en la historia, y su presencia ayuda muchísimo a la película (gran trabajo de Vimala Pons, por ejemplo).

Un prometedor futuro detrás de las cámaras.

El director Stéphan Castang, también logró un galardón en Sitges a director revelación, y, sin duda, su trabajo es más que encomiable. Sabe mantener el ritmo de la historia y, sobre todo, la tensión que un relato así debe tener. Siempre al lado de su protagonista, convirtiéndonos como espectadores en partícipes de la historia, no sólo en acompañantes de Vincent. Somos Vincent en gran medida y eso ayuda al relato continuamente en sus momentos más bajos, cuando la historia flaquea o se dispersa. Cuando la idea empieza a agotarse y tiene que salir al paso para mantenernos interesados…

Porque la idea se agota. Porque no hay un desarrollo de la misma. Todos los cambios llegan tarde. La película pasa su primera mitad introduciéndonos en un mundo del que esperamos respuestas que nunca llegan, para luego lanzarse a un desarrollo que no convence tampoco porque no es capaz de focalizar la historia. Va dando bandazos, incorporando elementos que no siempre son coherentes o están bien resueltos (el ataque en la fosa séptica es divertido, pero su resolución no tiene sentido. El final y los cambios que suceden, tampoco encajan). Entiendo que no quiera explicar ciertas cosas, pero deja demasiadas inconsistencias, para una historia correcta, pero que no consigue impactarnos como debería.

Te gustará si te gustó…

Hay poco con lo que comparar. Tiene cosas de La caza y de The Belko Experiment. Cosas solo.

Jesús Usero

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