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jueves, marzo 28, 2024
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Crítica Voy a pasármelo bien ⭐⭐⭐⭐

Crítica Voy a pasármelo bien

Crítica de la película Voy a pasármelo bien

Emotiva y cercana, divertida y nostálgica. Un magnífico musical de David Serrano.

      Y además con banda sonora de Hombres G. Una historia que nos lleva de vuelta a los ochenta de la mano de un director y guionista que, tanto en cine como en teatro, siempre ha sido capaz de captar la naturalidad, lo cercano y lo creíble. Aquello que hace que, incluso cuando los personajes se ponen a bailar y cantar en medio de la calle, seas capaz de creértelo y asumirlo como algo de lo más normal, porque ya has invertido lo suficiente en la historia de la mano de su realizador y los personajes que ha creado. Una historia que en realidad son dos, como dos pequeñas películas que siguen su camino hasta que se cruzan y conectan por completo.

      Entre la actualidad y 1989 sucede la trama, en Valladolid, donde un grupo de adolescentes empiezan a dar el paso a la madurez en el colegio, especialmente David, quien se enamora de la chica nueva de clase, Layla, y hará todo lo que pueda por conquistarla, ayudado por su peculiar grupo de amigos. AL mismo tiempo, 30 años después, en la misma ciudad, un David adulto se prepara para el regreso de Layla, a la que no ve desde hace muchos años, y que ahora es una directora de cine de prestigio, que además va a recibir un premio en la ciudad durante el festival de cine. Ese reencuentro traerá de vuelta muchos recuerdos e historias que no terminaron. Todo ello rodeado de la música de Hombres G.

      En un proyecto como éste es imprescindible que el grupo de actores funcione. Empezando por los jóvenes, liderados por Izan Fernández. El grupo funciona como tal porque se nota la amistad entre los jóvenes, el talento de los actores y la fuerza de ese equipo juvenil, por no hablar de la sensación de que ese primer amor de David es real. En el aspecto adulto, la trama está liderada por Raúl Arévalo y Karla Souza, escoltados por nombres como Dani Rovira o Raúl Jiménez, además de varias apariciones estelares que seguro el espectador disfruta. Pero me gustaría señalar en particular la presencia de Rodrigo Gibaja, uno de los jóvenes intérpretes que se comen la pantalla en cada plano. Todos los jóvenes están maravillosos, pero él brilla en particular.

      La película es casi redonda. Visualmente se nota que hay dos historias, dos películas en una. La de los ochenta y la actual, con distintos aspectos, con distintos looks y con distintos puntos de vista. Se ve y se siente diferente, y funciona. Funciona visualmente y lo hace porque el guión también aporta muchísimo en esa dirección. Es divertida, es humana y es muy disfrutable. Y lo único que podemos decir en su contra es que quizá se le va de la mano la duración. El resto, es un proyecto que mezcla musical, comedia y drama siempre con acierto, que tiene alma y que deja un fantástico sabor de boca al espectador. Incluso con ganas de más… ¿Una secuela quizá? El tiempo lo dirá…

Jesús Usero

 

                                             

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Crítica Voy a pasármelo bien ⭐⭐⭐⭐

 

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Jesús Usero
Periodista cinematográfico experto en televisión

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