Una comedia universitaria femenina, salvaje, irreverente y divertidísima. Siempre hemos dicho que el género de la comedia gamberra estaba muy poco trabajado, normalmente en manos de guionistas masculinos, que trasladaban las mismas claves con personajes masculinos a los femeninos, dando lugar a la chabacanería más insufrible y al mal gusto. Eso está cambiando un poco, lo vimos en Bridesmaids hace no demasiado y ahora podemos verlo en Dando la Nota, película escrita por Kay Cannon y producida por Elizabeth Banks, que se reserva un pequeño papel, y que es gamberra, ácida, divertida y se mantiene al mismo tiempo distinta a las similares masculinas. Empleando la clave del cine deportivo, con competición de por medio, pero aprovechando la música como telón de fondo.
Una joven con los rasgos de Anna Kendrick, desea labrarse una carrera en el mundo de la música como productora, pero es obligada a acudir a la universidad por su padre, donde acabará uniéndose a un grupo de música a capela que compite a nivel nacional. Y menudo grupo. Porque los recientes fracasos obligan a las que quedan en la universidad a buscar un grupo de chicas que roza el surrealismo, no sólo por la independiente Kendrick, sino por la asiática que nunca se oye lo que dice (y menudas burradas de psicópata suelta la niña), la gorda que tiene respuestas para todos y todo, la lesbiana negra, la ninfómana arrepentida a días o las que con aire de secundarias sólo tienen un par de líneas de guión, algo que recalcan en la película.
Siempre gamberra y nunca demasiado escatológica, siempre (o casi) inteligente, jugando con las réplicas ácidas, el sarcasmo o el absurdo (el personaje de la asiática es demencial a más no poder, en serio). Y aprovechando un reparto de rostros conocidos y con talento, para cantar y para la comedia. Empezando por ese torbellino en miniatura que es Anna Kendrick (para heterosapiens, es imposible no babear con ella todo el metraje), sin olvidarnos de la mala uva de Rebel Wilson, o de Brittany Snow, o las apariciones especiales de John Michael Higgins o Elizabeth Banks… Todo ello hace aún más disfrutable la película.
Que sí, que ya lo sabemos, que no pasará a los anales de la historia. Y que se le va un pelín la mano con la duración, por no decir que a quien no le vaya el tema de las películas deportivas (el esquema es el mismo) o no le guste demasiado la música, la película no le llegue. Perfecto. Pero las risas están garantizadas pese a los tópicos (el noviete, el padre pesado, el desarrollo de la trama…), la clave está en el humor y en Anna Kendrick. Y en la música. Momentos como la competición en la calle, el viaje en bus, el tema en la ducha, las reuniones del grupo… dan mucho juego y tienen más miga de la que parece. Por eso es tan buena la puñetera, porque es capaz de pasar por lugares comunes y trillados como si fuese la vez primera, por su irreverencia y frescura. Y, repito, por Anna Kendrick.
Jesús Usero.
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