Crítica de la película Detective Conan: Zero the Enforcer
Detective Conan regresa con un film maduro a la vez que intrigante
El famoso detective creado por Gosho Aoyama está en su pleno apogeo, pues tras más de 900 episodios emitidos y un total de 95 volúmenes publicados hasta la fecha, la serie sigue en pie y atrayendo cada vez a más adeptos. Tal es su éxito, que su película número 22, llegó a ser número uno en la taquilla japonesa durante varias semanas consecutivas, motivando de esta manera a la distribuidora Alfa Pictures, que ha apostado fuerte por ella trayéndola a los cines de España, detalle que los fans agradecerán. Nosotros ya hemos podido disfrutarla y aquí os dejamos unas palabras de lo que vais a encontrar.
Para empezar, podría decirse que es uno de los casos más maduros y adultos que han podido verse en la franquicia, al menos que yo recuerde. Su trama, centrada en temas de terrorismo, la policía metropolitana y secreta, la fiscalía y relacionados, es sin duda un atisbo de madurez dentro de la historia que abarca la serie, haciendo de la película un acertijo apto para un público adolescente, pero más enfocado al público adulto. La incorporación de elementos cómicos y relajados, siempre centrados en los tres compañeros de clase de Conan, así como del Profesor Agasa, están tan bien hilados en el rompecabezas que no desentonan ni alteran su ritmo. Como siempre, todos los detalles en la película son importantes, sobre todo si cada uno intenta resolver el caso a la vez que Conan, por lo que prestad atención ya que seguramente más de una pista os hará sospechar y entender mejor el puzzle.
Aunque la trama puede llegar a parecer lenta durante sus primeros actos, -principalmente porque había que explicar y unir todo a la perfección- no resulta pesada y te hace mantener la atención en todo momento. Es en su acto final cuando la tensión, la adrenalina y la acción predominan, consiguiendo un final apoteósico, aunque poco realista comparado al resto de la trama que podría tratarse perfectamente de un caso real. Como ocurre a veces en muchos de los episodios o películas de la franquicia, algún personaje plantea un acertijo para que el espectador sea el que piense en él y lo resuelva; Bien, pues en este caso, éste no va a resultar entendible para el espectador español hasta su resolución, ya que se utilizan elementos propios de Japón, por lo que no dará lugar a permitir pensar en una respuesta.
Con respeto a los personajes, hay algunos de los principales que no tienen tanto protagonismo en esta película como en otras y se echan en falta, pero es más que entendible porque no se requiere de ellos. Es por ello que otros personajes “secundarios” adquieren un papel muy importante dentro de ésta, aunque si no se conoce la historia al completo, es posible que se pierda información sobre ellos, pero nada que no pueda entenderse dentro de la trama de la película. La animación sigue su estilo al que acostumbran sus episodios, pero mejorado en algunos aspectos, por lo que es bastante buena. Lo es también su banda sonora, que mantiene la tensión y florece en sus momentos álgidos con uno de los temas principales de la serie y que todos los seguidores reconoceréis al instante.
El Caso Zero es sin duda una de las películas del joven detective más maduras hasta la fecha, con un ritmo algo pausado para su mejor entendimiento, pero con un final de infarto. Un trabajo digno de la franquicia que no dejará indiferente a nadie.
Christian Mesa
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