El chico del periódico, lo mejor el trabajo de Nicole Kidman y un inquietante John Cusack.
Nicole Kidman fue nominada al Globo de Oro como mejor actriz secundaria por su trabajo en esta película donde se gana a pulso ser considerada protagonista. De hecho, ella sería la legítima protagonista de la propuesta junto con Zac Efron si el director no se hubiera despistado a la hora de centrar el tema de su argumento. Me explico: la película incluye una trama de intriga sobre la culpabilidad o inocencia de un condenado a muerte por asesinar a un sheriff, papel que interpreta John Cusack. Además incorpora el personaje de un periodista que regresa a su ciudad natal para investigar el caso despertando las susceptibilidades de las autoridades locales y cierta animadversión de los vecinos, personaje interpretado por Matthew McConaughey. Y para redondear se incluye también una subtrama de apunte del racismo con el personaje de la doncella negra interpretada por Macy Gray y el periodista negro que acude también a investigar el caso, encarnado por David Oyelowo. Añadan a eso la revelación sorpresa de la vida privada de uno de los personajes y un apunte de enredo hogareño con el segundo matrimonio del padre de los dos protagonistas masculinos y entenderán ustedes que el argumento de este largometraje intenta morder más de lo que puede masticar y despista al público derivando a uno y otro tema sin llegar a centrarse en el argumento casi hasta el final.
A pesar de ello creo que tiene una parte interesante en la que debería haberse centrado podando el resto de elementos, la relación que se plantea entre el personaje de adolescente interpretado por Zac Efron y esa especie de versión actualizada de Marilyn Monroe que construye con gran habilidad Nicole Kidman en uno de sus trabajos más sugestivos y mejores de los últimos años. Esa parte de la trama, con los dos periodistas, el joven y la pirada rubia que coqueta con todos ellos y al mismo tiempo con el preso al que quiere liberar, en una especie de disparatada cruzada, me ha recordado el esquema de un clásico protagonizado por Marilyn, Vidas rebeldes, de John Huston. Lástima que esta película no tenga el espíritu brillante y al mismo tiempo crepuscular de aquella, que no acierte a convertirse en un réquiem de características míticas como la obra de Huston. En mi opinión, ese era el tema y el tono que necesitaba El chico del periódico. Lamentablemente tal como está su principal defecto es que toca muchos temas sin llegar a profundizar en ninguno, y así es un poco de historia de intriga no del todo desarrollada, dibujo social sobre el racismo no del todo desarrollado, drama familiar sureño con lejanos ecos de homenaje a Tennessee Williams no del todo desarrollado y peripecia de iniciación sexual juvenil con mujer madura no del todo desarrollada. Hay un poco de todo, pero de manera superficial, aligerada, incluso precipitada, hasta el punto de que la revelación de la verdadera vida de uno de los personajes llega demasiado tarde para que éste tenga el protagonismo y la importancia que pretendían los artífices de la trama.
La consecuencia de todo ello es que, salvo por lo referido a la interpretación y el personaje de Nicole Kidman, todo lo demás nos trae al pairo… excepción echa de las forofas seguidoras del amigo Efron, que sin duda tienen cita obligada con este largometraje.
Miguel Juan Payán
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