La estrella de Hollywood preparó su trabajo en la película en profundidad y su entrenamiento como piloto y el de sus compañeros para poder subirse a los cazas reales del ejército, pero con la condición de no poder tocar los controles, entre otras.
Top Gun: Maverick lleva un par de días entre nosotros y está encantando a crítica y público, con un estreno que va a suponer el primero que consiga en tres días más de 100 millones de dólares en Norteamérica en taquilla en la carrera plagada de éxitos de Tom Cruise. Es más, puede que supere la taquilla de la original antes de pasar su primera semana. Un sólido guión, un excelente reparto, una estrella de las que ya no quedan y unas escenas de acción espectaculares muchas de ellas rodadas en auténticos cazas de combate y con los actores subidos en las cabinas de los mismos. Para ello, el equipo artístico, liderado por Tom Cruise, se sometió a un entrenamiento especial de vuelo junto a sus compañeros de reparto. Según ha anunciado el Pentágono a través de su responsable de medios y entretenimiento, Glen Roberts, en palabras para Bloomberg.
Roberts ha señalado que el estudio pagó 11000 dólares por cada hora de uso de los cazas de combate F18 Super Hornet propiedad del ejército norteamericano. Cruise quería que tanto él como sus compañeros pudiesen experimentar la sensación de pilotar uno de los cazas protagonistas, y en esta ocasión pudo volar en varios de los aviones de la película, como ya lo hizo en el caza F14 protagonista de la primera película en 1986. Pero el Pentágono no sólo quería que se pagasen esas cifras por parte de la producción. Había más condiciones. La primera es que no podrían tocar ninguno de los controles, ni Cruise ni ninguno de sus compañeros, ya que el protocolo militar sólo permite el uso de las pequeñas armas que pueda llevar el caza en prácticas para situaciones similares.
Además de eso, explicaban, los actores debieron someterse a un entrenamiento especial de salida con el asiento eyector y caída en paracaídas, además de supervivencia en el mar. Hay todavía más controles porque el Pentágono exige no que la película sea un panfleto del ejército o la marina o una carta de amor hacia ellos, pero sí que se respete la integridad militar. Los guiones son enviados al Pentágono que los revisa y aprueba o sugiere cambios, aunque según Roberts en el caso de Top Gun Maverick no hubo ninguna sugerencia o cambio que él sepa. Incluso con algo que el responsable de medios considera el gran talón de Aquiles de la película, y que es el carácter de los pilotos Top Gun, en la vida real estudiosos dentro y fuera de clase, sometidos a duros entrenamientos y lejos de los personajes de la película siempre rompiendo las reglas.
Por si eso fuera poco, la película que desee la colaboración del Pentágono debe tener estudio, fondos y distribución confirmada, y sólo entonces se aprueba la petición. En este caso, pese a esas diferencias, se permitió usar cazas, portaaviones y bases militares. Cruise preparó a sus jóvenes compañeros en el entrenamiento para que soportasen las duras condiciones de las acrobacias aéreas a las que los pilotos de los cazas de la Marina iban a someterles en el rodaje de la película, donde ellos simulaban pilotar mientras se rodaban las escenas. Y todo ello merece mucho la pena, la verdad, por el aspecto final de la película.
Jesús Usero
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