El mejor trabajo de Tim Burton en muchos años. Ejemplar trabajo de adaptación.
Tim Burton recupera fuerza y retoma el camino del trabajo bien hecho en esta película que se beneficia de una buena administración de la libertad creativa a la hora de adaptar la novela original. Es una buena novela cuyo traslado al cine se beneficia de todos y cada uno de los cambios planteados por Burton respecto al texto original, como el cambio de nexo sentimental del protagonista con los niños peculiares o la reconducción del argumento para poner en el centro del tema al personaje del abuelo interpretado por Terence Stamp, contruyendo así en torno a la memoria, la nostalgia y la pérdida. El fragmento final, que no está en la novela, o el tratamiento del personaje del doctor Golan y del ornitólogo, mejoran para el cine lo que plantea la novela y permiten a Burton centrarse más en un ejercicio de relectura, homenaje y guiños en el que se dan la mano los clásicos de la literatura infantil y juvenil con icónicos momentos de fantasía cinematográficas. Encontramos por ejemplo una visión oscura y siniestra de Peter Pan y sus niños perdidos salpicada con momentos que son como ecos deformados de icónicos fragmentos del cine como El resplandor, Titanic, Jasón y los argonautas, El espinazo del diablo… Y la película y sus artífices no se cortan en poner sobre la pantalla visiones de pesadilla como el ágape de delicatesen que se regalan los villanos de la película en uno de los momentos más inquietantes de todo el largometraje.
Tim Burton reencuentra así ese camino que parecía haber perdido y retoma su senda de mezcla de las pesadillas con la seducción de los monstruos. Nos vemos así en un territorio familiar del mejor cine del director, Bitelchus, Batman y Batman vuelve, Eduardo Manostijeras y Sleepy Hollow. Además el director tiene una poderosísima aliada en esta aventura donde se reencuentra con sus propuestas más dinámicas y divertidas, Eva Green. La actriz clava una versión cinematográfica como alternativa muy válida y completa al personaje del libro que merece verse en versión original, por lo que tiene de su complejo ejercicio con el diálogo, hablando tan rápido como un pájaro sumido en su parloteo de piar y piar pero sin olvidar en ningún momento el lenguaje exageradamente cuidado y exigente de una institutriz. Su personaje se convierte así en una especie de híbrido entre Peter Pan, el Capitan Garfio y una Mary Poppins hiperactiva y armada con una ballesta para enfrentarse con los monstruos.
Además la película tiene el acierto de completar un viaje que en el libro queda un tanto incompleto añadiendo un fragmento final de clave más aventurera que además incluye un desenlace capaz de abrir nuevas expectativas de desarrollo para nuevas entregas en el futuro.
El mejor Tim Burton está de vuelta con una fábula que le encaja como un guante a su estilo como director y en un territorio que le permite explotar sus puntos fuertes como en los mejores ejemplos de su filmografía.
Miguel Juan Payán
COMENTA CON TU CUENTA DE FACEBOOK