El tándem formado por Jaume Collet-Serra y Liam Neeson vuelve a funcionar de manera explosiva en esta movida película, la cual regala guiños a La dama del expreso, Extraños en un tren y El expreso de Chicago.
¿Qué tienen los trenes, que habitualmente proporcionan escenarios únicos en los que desarrollar thrillers al borde de la histeria colectiva? No hace mucho, Kenneth Branagh se subió a un histórico convoy, para descubrir un peligroso complot en Asesinato en el Orient Express; y ahora les toca el turno a Jaume Collet-Serra y Liam Neeson, en una especie de revisión terrestre de la célebre colaboración de ambos en Non-Stop (Sin escalas).
En esta ocasión, la trama sigue los pasos de un tipo aparentemente normal llamado Michael MacCauley: un vendedor de seguros que se sube todos los días a un tren que le lleva hasta su lugar de trabajo. Sin embargo, esa rutina se rompe cuando su jefe le comunica que la empresa ha decidido prescindir de sus servicios. Con la cabeza echa un lío, el hombre toma el tren de vuelta a su hogar; pero en ese viaje, el expolicía conoce a una extraña mujer, que le propone un misterioso juego: encontrar a un pasajero no habitual, y ponerle un localizador en la bolsa que el viajante seguramente porta. MacCauley acepta el trato al entenderlo como una broma divertida, hasta que descubre que la vida de su esposa e hijo están en serio peligro, si no consigue identificar al objetivo antes de que el transporte alcance la estación de Long Island.
Jaume Collet-Serra no se complica en rocambolescos giros, y desarrolla el argumento con el elemento de la adrenalina en constante evolución. El director español sabe qué es lo que funciona en este tipo de películas, y por eso ofrece un ritmo narrativo de alta velocidad, en el que no hay elementos que frenen el vertiginoso camino hacia el espectacular desenlace.
Apoyado en la interpretación verosímil y medida de Liam Neeson, el responsable de Una noche para sobrevivir construye un producto que entretiene y mantiene la tensión, hasta que aparecen los títulos de crédito conclusivos. Gesta que efectúa a base de escenas de alto componente físico, en las que Neeson cumple a la perfección como un tipo duro imperecedero y eterno.
La estructura de figurada y fantasiosa partida de Cluedo, lubricada con la necesidad de resolver el misterio planteado en un tiempo récord, permite a Collet-Serra dispersar un arsenal de efectos especiales, envueltos en una investigación asfixiante.
Pese a contar con un reparto de sólidos intérpretes (al lado de Neeson, también aparecen Vera Farmiga, Patrick Wilson, Sam Neill, Elizabeth McGovern y la española Clara Lago), el cineasta barcelonés apuesta claramente por la acción, sin por ello descuidar el poso argumental que da origen a la trama.
De esta manera, el espectador entra de lleno en la película, sin tener que forzar las situaciones más de lo previsible. Naturalidad por el lado de la empatía que se traduce igualmente en la fácil y pronta identificación con el personaje de Neeson, el cual luce un disfraz de aparente vulnerabilidad ciudadana.
Jesús Martín
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