Crítica de la película El robo del siglo
Ingeniosa y divertida, con un brillante reparto.
Puede que no sea la historia más conocida para nosotros, pero el llamado Robo del Siglo en Argentina consiguió hace ya unos quince años acaparar todas las portadas y los informativos en Argentina. Ahora de la mano de Ariel Winograd, contando como coguionista de la historia con uno de los autores del robo, Fernando Araujo, y con un reparto liderado por dos leyendas de la interpretación en argentina, como son Guillermo Francella y Diego Peretti, nos llega una versión inspirada en la realidad de esa historia que nos llevará por los entresijos de aquel robo que puso en jaque a las fuerzas de seguridad y que dejó un final bastante abierto, como el de la propia película que ha inspirado esta curiosa historia.
Un hombre, Fernando, con una vida algo plana, tiene una idea tan maravillosa como imposible. Robar un banco, pero no uno cualquiera. Se trata de la oficina del Banco Río en Acassusso, una pequeña localidad cerca de Buenos Aires de población adinerada, llena de cajas de seguridad y con un cuantioso botín encerrado en ella. Fernando reúne a un grupo tan variopinto como impensable para una aventura así y, pese a que no tiene ninguna necesidad para ello, se embarca en el que será el robo más importante, por la cantidad robada y por otros motivos que conviene descubrir en la película, de la historia de argentina. Ese viaje será muchas y diferentes cosas para todos los implicados en esta situación.
Por supuesto cuando tienes dos monstruos como Peretti y Francella, con poco que el guión les ofrezca van a demostrar que son dos portentosos actores que pueden con todo. Pero además están muy bien acompañados. Desde el resto de miembros de la banda, interpretados por Pablo Rago, Rafael Ferro y Mariano Argento, pasando por Johanna Francella (interpretando en la pantalla a la hija de su padre en la vida real), o Luis Luque en un pequeño y maravilloso papel como el negociador de la policía… El reparto ayuda muchísimo pero el guión mide perfectamente las dosis de película de robos, comedia e historia real, sin dejar que ninguna pese más que la otra, ni que le reste importancia el humor al drama o al propio robo.
Winograd no sólo maneja el guión y al reparto con brillantez, sino que sabe mover la cámara con elegancia y tiene algunos planos que son dignos de estudio (el del túnel y la caída…) sin dejar de lado el montaje sensacional que nos mete de lleno en la historia y su parte más trepidante. El final se alarga quizá en exceso y no debería haberse extendido tanto, pero los créditos finales explicando todo lo sucedido en realidad son hilarantes y cuidadísimos como el resto de la película. La mayor pega es que haya llegado tan tarde a nuestro país. Esperemos que la audiencia esté dispuesta a atracar un banco con este pintoresco y encantador grupo que cometió El Robo del Siglo. La película bien lo merece.
Jesús Usero
★
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