Se estrena casi por sorpresa porque no tiene detrás la enorme maquinaria de publicidad de otras películas, pero lo que no le falta es corazón ni la capacidad de encandilar al público con unos personajes que no son para nada desconocidos para nosotros. Carlos Iglesias estrena su tercera película como director, 2 Francos, 40 Pesetas, secuela de su primera película, que derrocha humor con unas gotas de nostalgia en tiempos de crisis. Y de todo ello, de la película, de la nostalgia y de las reacciones del público nos habla en esta entrevista en exclusiva para Acción.
Para empezar, ¿cómo surge la idea de traer de vuelta a estos personajes que son tan queridos por el público?
Bueno, la idea me la sugirió una chica en Twitter hace ya mucho tiempo. Ya me lo habían dicho más veces, en concreto en Alemania y Francia. Me habían dicho “si quieres hacer otra película, ¿por qué no hacerla sobre estos personajes?”. Y yo cuando me planteé el hacer una comedia, lo puse en Twitter, hace un montón de tiempo, como te puedes imaginar, y una chica muy amable me dijo que le encantaría que hiciese una comedia con ese tema. Entonces me lo planteé seriamente, y a partir de ahí yo tenía muchas notas de la primera película, y casualidad que al abrir la carpeta me encuentro un titular “Año 74, Crisis del petróleo”, y pensé “entonces tendrá que ser así”. Entonces vamos de crisis en crisis. Como además en este país es fácil pillar una crisis, pues cuento a partir del año 74 cuando la crisis del petróleo.
En esta ocasión, como tú mismo has comentado, el trasfondo de drama se diluye para hacer más hincapié en la comedia.
Sí, muchísimo más. Además que la situación no era la misma en el año 74, aunque en ese periodo estuviéramos en crisis, la verdad es que la España casposa de los años sesenta había terminado, había más esperanza en el futuro, estaba a punto de llegar la muerte de Franco, en cualquier caso el caudillo era un anciano al que le quedaba poco, y había muchas esperanzas en un futuro mejor que el que habíamos tenido. Esas esperanzas, esos primeros viajes en InterRaíl, los primeros viajes en avión, el salir no sólo ya como emigrantes, sino incluso como turistas… era algo que antes no había podido ocurrir, tan sólo en las capas más altas de la sociedad española, pero nunca en la clase obrera. La película tiene otro tono, otro color y otra alegría porque también los años eran infinitamente más alegres.
Pese a tener un tono más de comedia, la película es aún más personal que la anterior.
Sí, es aún más personal porque en el año 74 yo tenía 19 años, con lo cual yo me acuerdo perfectamente de lo que ocurrió, de cómo eran los personajes, de cuál fue mi trayectoria… cosa que no ocurrió en la primera, en la que yo tenía que preguntar a otros cómo ocurrieron las cosas, porque yo era un chavalín de tres o cuatro años.
La película está ambientada hace 40 años pero tiene temas que son de dolorosísima actualidad.
Es curioso, la verdad, porque además la película está escrita, como te puedes imaginar para estrenarla ahora, hace tres años y medio, y durante este tiempo, mientras hemos rodado y hemos hecho la postproducción, se van dando una y otra, todas las circunstancias de la película en los telediarios de cada día. Es muy triste que tengamos un país que cíclicamente recurre a lo mismo, a la evasión de dinero, al hecho de empujar a su juventud a emigrar… realmente es tristísimo, pero es así. Y ya que es así, por lo menos recordemos que otros lo han hecho y también han salido de aquello.
El tema de la emigración es un tema que hemos visto en tus tres películas. No sé si es una trilogía cerrada o es un tema al que te gustaría volver en el futuro.
Pues, dejaremos que el tiempo lo diga, porque la verdad es que yo pensé que iba a hacer Un Franco 14 Pesetas, después surgió el exilio en Ispansi, y ahora vuelve a surgir de alguna forma el tema de la emigración. No sé, a lo mejor estoy ligado a él por haber sido yo mismo hijo de emigrantes, o porque nadie lo ha tocado y es algo que me interesa particularmente que conozca la juventud. La verdad es que en condiciones normales habría dicho que es la última sobre ese tema, pero ahora ya no te puedo decir.
Hace ya un tiempo estuvimos en la fiesta de fin de rodaje de la película, y si no recuerdo mal el estreno estaba previsto para hace un tiempo. ¿Por qué ese retraso?
Pues porque no hay dinerín, no había dinerín. Como en ese momento las televisiones estaban totalmente bloqueadas y con temor a hundirse, no teníamos una televisión que respaldara económicamente la película. Hasta que no se la hemos vendido a televisión española, la verdad es que no hemos podido afrontar el estreno como es debido. Ahora vamos a salir con un número de copias aceptable, con unos mínimos. Obviamente no los que quisiéramos, porque siempre se quiere lo mejor para la película y nos gustaría a lo mejor que detrás de nosotros estuviera una distribuidora fortísima, pero tenemos una distribuidora muy buena, muy trabajadora, muy amante de la película y que vamos a luchar por ella con uñas y dientes.
¿Cuál es el mejor regalo para un director cuando ve la película con público?
Pues en una comedia, las risas y las sonrisas. Y los silencios cuando hay silencios, porque es una película que necesita los silencios. Hay mucha nostalgia por parte del personaje del chaval joven a ese país. Hay mucha amargura en ese Martín de pronto, al contrario de lo que opina su mujer, se siente en la obligación de tener que buscar trabajo fuera. Digamos que aunque hay un 80% de comedia, ese 20% restante también ha sido respetado. Acabamos de venir de Avilés, donde se ha pasado para mil espectadores, y tanto los silencios como las risas eran una gozada, porque mil personas son maravillosas cuando entienden un gag, o no sólo lo entienden, sino que lo entienden porque han visto la primera, y además se ríen del guiño que yo hago en la película… Ese tipo de cosas que son muy sutiles y la gente las cogía a la primera. Cada uno tenemos nuestro sentido del humor, y a lo mejor ahora mismo contamos un chiste y una se ríe pero otro no. Pero en una película, lo que realmente le satisface a un director es estar en una sala donde se disfrute con el trabajo y el esfuerzo de tanto tiempo.
Jesús Usero
Aquí podéis leer la crítica de 2 francos, 40 pesetas
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