Está claro que ha puesto mucho de su vida en la película, porque, como él mismo comenta, surgió en un momento complicado de su vida, como una necesidad. Pero también está claro que en lugar de hacer un drama, como tantos otros hubiesen puesto en pantalla para curar neuras, Daniel Sánchez Arévalo quería que la película fuese una comedia, una historia que ante todo hiciese reír, desde lo cotidiano a lo surrealista. El director y guionista nos recibe, bromeando cuando le comentamos que vamos a empezar las entrevistas con el que manda, a lo que responde “No, no, el que manda es el productor, yo no”, mientras preparamos la cámara. Es un buen comienzo para una entrevista en la que, pese a lo que se pueda pensar, sacamos en claro que ha hecho su película más personal y la que más tiene que ver con él como persona. Con su historia.
Parece que Primos es una de esas películas españolas que antes de estrenarse ya empieza a recibir el cariño del público, interesado por una película que va a hacerles reír durante toda la proyección, y con ese aire de comedia cercana que a veces tan bien funciona en la taquilla. Puede convertirse en uno de los éxitos del invierno si la gente responde a ella como lleva respondiendo cierto tiempo al tráiler, algo que no escapa a sus responsables. De momento el director sólo espera que guste y que la gente que vaya a verla salga contenta de la sala, y nos invita a hacerlo hablándonos sobre un rodaje en el que se forjó una pequeña familia que ya había empezado a nacer en sus anteriores películas.
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