Express fue la primera serie española creada para STARZPLAY, de la mano de The MediaPro Studio y con un fantástico reparto liderado por Maggie Civantos. Con Iván Escobar y Antonio Sánchez como responsables, la serie presentaba a un grupo de especialistas encargados de evitar secuestros express. Pudimos pasar un día en el rodaje de la serie y hablar con su protagonista, quien nos dejó alguna pista de lo que podemos esperar en la nueva temporada. Ojo, puede haber SPOILERS de la primera temporada.
Cuéntanos un poco sobre la evolución de tu personaje en esta temporada.
Yo creo que Bárbara en esta temporada, está en modo superviviente. Creo que está sobreviviendo a todo lo que está sucediendo, y que no es muy consciente de lo que está pasando. A lo largo de la temporada se irán viendo cosas, se irá dando cuenta de una verdad que ya veremos si aceptará o no. Pero yo creo que lo que es más bonito de la temporada es que continúa lo que sembró en la anterior, y tiene más intensidad. Creo que sigue una línea de un concepto, que los guionistas han querido contar, entonces está todo más centralizado. Aunque hay casos, pero desde el cuarto capítulo se centra en un tema. Sigue habiendo el tema de la familia, seguimos conociendo toda esta faceta de Bárbara. Pero creo que todo está más centralizado en la trama principal.
¿Cómo va a ser la evolución del grupo después de lo que sucedió al final de la temporada anterior y con la incorporación de un personaje nuevo al mismo?
Creo que la sensación de tribu, grupo o familia, sigue avanzando, aunque hay cambios pero yo creo que eso también forma parte de esa intensidad de esta segunda temporada. También hay discrepancias dentro del grupo, sobre todo con Malasangre y Bárbara, que creo que se van a encontrar en un punto un poco más hostil, por razones que ya descubriremos. Pero a la vez, al final de temporada… bueno, sin hacer spoilers, pero habrá desencuentros y encuentros.
¿Cómo se encara una segunda temporada a la hora de enfrentarse al personaje? ¿Qué cambios encuentras a la hora de enfrentarte a Bárbara?
Siento que la estoy trabajando desde un lugar más irracional, menos racional, porque al estar en modo supervivencia lo estoy trabajando desde un lugar muy instintivo. Y también porque vamos a una velocidad… enorme, por una cuestión de producción, de los tiempos y demás, no me queda otra. Estoy confiando mucho en lo que ella me enseñó en la primera temporada, y ahora es algo que siento que ya está sembrado, se trata de vivirlo. También tenemos ocho capítulos abiertos, estamos trabajando de una forma que requiere mucha exigencia pero a la vez no he querido ser tan cerebral, sino que he querido jugarlo de una forma más instintiva, y creo que me funciona, porque para esta temporada lo requería porque ella está en ese modo, por todo lo que le toca, que ya lo vemos en el primer capítulo.
Es un cambio respecto a la primera temporada, donde daba la sensación de que era un personaje que tenía muy ordenado todo en su cabeza y bajo control.
Claro, lo que pasa es que aquí, en esta segunda temporada, se empieza a desordenar todo ese sistema. Incluso su propio sistema. Ella está ahí para ofrecer soluciones a un sistema que se está rompiendo, pero de repente se da cuenta de que… bueno… es que no quiero hacer spoilers, y es muy complicado hablar de esta temporada sin dar demasiadas pistas… (risas). De alguna forma se da a intuir que hay algo que no está bien dentro de la propia casa. Algo que ya vimos en la primera temporada. Es como colocar piezas que están totalmente desordenadas y ver cómo encajan. Y cuando eso ocurre es muy duro ver la realidad, de lo que está pasando. Es una cosa progresiva dentro de la temporada. Por un lado es un personaje que sigue siendo metódico, por otro es un personaje que sí que pone en marcha este instinto. Porque… lo dejo ahí, ya está. No quiero revelar nada más porque es muy guay que lo descubra la gente.
Nos comentaban los creadores que te gusta que te exijan mucho…
Sí, soy muy exigente con mi trabajo y me da confianza cuando un director me exige y vamos un poco afinando, y no se conforma, sino que busca más allá del texto. Incluso jugar a la contradicción en escena.
Puedes llegar a dar con un maniático a lo Kubrick.
Nada, me encantaría (risas). Yo también soy muy maniática, me adaptaría bien. Al final me adapto a cualquier sistema. Es como esta temporada, que estamos trabajando con un sistema muy complicado y si te tienes que adaptar te adaptas, es lo que hay. Y es ese modo también de supervivencia para la actriz. Pero, obviamente, si se puede afinar y se puede ser mucho más preciso, es lo ideal y es donde me gusta trabajar.
Nos contaban también que esta temporada gira en torno al poder que no se puede derrotar. Y Alejo (Sauras), nos contaba que él es quien viene a devolver el control a ese poder, que es en cierta medida el villano. ¿Cómo ha sido trabajar eso con él?
Claro, yo de esto sí puedo hablar porque se sabe desde el principio, y la relación que tienen. Pero eso Bárbara no lo sabe, y es dormir con el enemigo. Entonces ocurre una cosa, de haber un acercamiento, una intimidad entre estos personajes, pero realmente ella no es consciente. Ahí es donde digo que se desmorona todo, que hay una desilusión a un gran nivel. Claro, yo no sé cómo lo va a vivir el espectador, porque Bárbara está en otra cosa y es ajena a todo eso. A mí me ha tocado jugar algo distinto, que son dos percepciones, el personaje y la actriz, que yo espero que el espectador se mantenga con ella porque es la única que no se entera de nada, el espectador desde el capítulo uno sabe quién es el villano, pero la protagonista, la heroína no lo sabe. Yo espero que no sea un efecto de repulsión sino todo lo contrario, que el espectador empatice con ella y entienda por qué. Porque entenderemos que él (Sauras) representa la imagen de algo muy grande. Y también entenderemos el porqué de los creadores a la hora de contarlo así. Para mí mi trabajo es no victimizar al personaje, trabajarlo de una forma orgánica y ojalá estén con ella desde el minuto uno, pero es mi miedo como actriz, que eso no ocurra. Es una contradicción, es curioso que la heroína del cuento no sepa quién es el villano.
Jesús Usero
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