fbpx
AccionCine tu revista de cine y series
14.5 C
Madrid
viernes, abril 26, 2024
PUBLICIDAD

Everest ★★★

Everest ★★★

Crítica de la película Everest

Baltasar Kormátur escala la elevación más alta del mundo con esta película sobresaliente desde el punto de vista visual. El director saca un partido inmejorable de los apabullantes escenarios en los que transcurre la trama.

Durante el período de entreguerras, el cine alemán se dedicó a mimar un género que ellos denominaban de montaña. En él destacó, entre otros realizadores, la cineasta Leni Riefenstahl (la misma creadora que años después se erigió como la autora de la faz mediática del movimiento nazi). Entre las reglas de ese estilo primaba la utilización de encuadres aliñados con las dificultades del terreno, todo un desafío para las cámaras y equipos técnicos de esa época. Más de siete décadas separan la producción de Kormátur de esas películas en blanco y negro, plagadas de referencias a los paisajes grabados a altitudes considerables; y el tiempo mediado se nota en los resultados.

Las imágenes en 3D que presenta Everest son las auténticas protagonistas de un filme que se enmarca de lleno en los dramas sobre catástrofes, con una variante de extremismo humano que bien podría asociarse a muchos de los títulos setenteros, relativos al enfrentamiento entre los seres vivos y los entornos hostiles (Poseidón, Terremoto…).

Desde el principio, el guion –elaborado a partir de los testimonios de algunos de los supervivientes de la catástrofe- no desprecia ninguna oportunidad para intentar establecer un hilo de unión sensible entre los personajes y los espectadores, algo que solo consigue a medias. El defecto más evidente está en la acumulación de montañeros, que se dan cita en Nepal para participar en la coronación de la montaña situada en el Himalaya; y en la incomprensión –si no se pertenece al gremio- del porqué arriesgan sus aparentemente placenteras existencias en aventuras donde es más que posible que perezcan por cualquier contratiempo.

Kormátur procura que se conozca a cada miembro del grupo principal; pero, hasta la segunda parte del metraje, estos son nombres que se alternan en la pantalla sin una clara precisión de quién es quién. Tal defecto identificativo mediatiza un poco el comienzo de la película, marcado por una subida en la que únicamente se contempla un trabajo sin complicaciones especiales (un tanto increíble, sobre todo tras los mensajes que presentaban la empresa como de riesgo casi inasumible). El libreto parece renunciar a la primera hora de duración de la cinta, con secuencias que aportan bastante poco al argumento. Mientras que lo apuesta todo a la traca final del descenso.

Cuando los alpinistas ponen sus respectivas banderas en la cumbre, y se disponen a abandonar la cima, es el momento en que se producen los hechos trágicos ocurridos en la realidad. A partir de ahí, los instantes de desesperación y las decisiones dramáticas se suceden sin casi dar un segundo de pausa a los que visionan el filme; lo que contribuye a que el clímax se mantenga, gracias al ritmo acelerado que le imprime el director.

Aunque en esa subida de tensión cinematográfica también tienen bastante importancia las interpretaciones del estelar elenco artístico, en el que destaca la caracterización del cada vez más demandado Jason Clarke y del emotivo Josh Brolin.

No obstante, lo que más permanece en la mente de los aficionados es esa bestia llamada Everest, oscurecida por las tormentas y con su despiadado espíritu criminal entre las rocas nevadas.

Jesús Martín

COMENTA CON TU CUENTA DE FACEBOOK


©accioncine


Artículo anterior
Artículo siguiente
Jesús Martín
Soy un auténtico apasionado de las películas que despiertan la imaginación

AccionCine - Últimos números

Paypal

SUSCRÍBETE - PAGA 10 Y RECIBE 12 REVISTAS AL AÑO

Artículos relacionados

PUBLICIDAD

Últimos artículos