Simpática producción familiar para las navidades, ambientada en España. No es que desde Hollywood precisamente se peleen por mostrar nuestro país en la gran pantalla. Por eso sorprende que Ferdinand suceda por completo en nuestro país, por mucho que el cuento infantil original de Munro Leaf sea sobre un toro español que prefiere oler flores antes que luchar en el ruedo. De hecho Disney hizo una adaptación en cortometraje en 1938 de la historia. Otra cosa es que además de ambientarse en nuestro país caiga en todos los tópicos habidos y por haber sobre España, los toros y demás. Perop eso no influye a la hora de hablar de la película en sí, de lo que nos encontramos en Ferdinand, un relato de animación sobre todo para los más pequeños de la casa.
La historia ya la he mencionado, un toro de lidia que desde ternero no ve sentido a la lucha en el ruedo, y que huye tras una tragedia para ser criado en Andalucía por una niña y su padre, que cultivan flores. Pero cuando crece deberá enfrentarse a lo mismo que otros toros como él, la lucha contra un torero. Esa estructura de historia lleva a uno de los problemas de la película, la necesidad de alargar la historia y llenar más de hora y media de película con algunos cambios en la trama que hacen que perdamos de vista a personajes durante demasiado tiempo. Aunque los niños se lo pasarán en grande con los animales y sus aventuras.
Como siempre en estas producciones, el sentido del humor funciona como un reloj, aunque en este caso no sea gracias al personaje más cómico supuestamente, la cabra Lupe, sino a otros secundarios como Máquina, un toro diseñado genéticamente que arranca carcajadas desde el primer momento en que aparece, o los caballos, de una incorrección política que se agradece mucho hoy en día. Además jugando a transmitir, con bastante sencillez, diversos mensajes, desde la lucha contra el maltrato animal al acoso del débil al fuerte. Sin olvidar nunca el hecho de que todos tenemos derecho a elegir quiénes somos y qué queremos hacer con nuestra vida, respetando a los demás, sin dejarnos guiar sólo por las apariencias, aprendiendo a convivir.
Sí, sin ser demasiado obvio el mensaje, la película se sitúa contra el maltrato, como puede verse con la figura paródica del torero, el Maestro, o con la propia llegada a la plaza de toros de las Ventas (perfectamente recreada, como Atocha o los carteles de la carretera de Andalucía y la M-40, o de las calles junto a la estación. Otra cosa son los alrededores… o el hecho de que Madrid no tenga edificios de más de 4 plantas…). Hay buen ritmo durante gran parte del relato, hay momentos de ternura y un humor que a casi siempre va destinado a los adultos. No es memorable, pero es una buena película de animación para la familia, sobre todo para los más pequeños. Me quedo con ganas de ver la película en VOS para oír a John Cena poner voz a Ferdinand…
Jesús Usero
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