Competente docudrama basado en personajes y hechos reales con buena dosis de intriga.
No soy aficionado a los concursos de estrellas en la tele. Asรญ que no puedo decir hasta quรฉ punto es o no cercano a la realidad de ese entorno esta pelรญcula. Pero en realidad eso no importa en este caso, porque la gran sorpresa de esta interesante pelรญcula es que realmente el tema del concurso de talentos sรณlo asoma al relato en la parte final, que podrรญa haber sido consecuentemente la mรกs floja de todo el asunto, aportando un tinte de melodrama al conjunto. Afortunadamente no es asรญ. Basada en hecho mรกs o menos reales โpero, como se explica en principio, maquillados-, la pelรญcula nos conduce con pulso firme hacia esa parte final a la que afortunadamente llegamos cuando hemos pasado ya por un brillante ejercicio de docudrama cotidiano en Gaza.
Entre las ruinas, la vida de sus protagonistas se desliza como una peripecia de supervivencia cotidiana pero sobre todo nos abre los ojos a una realidad mรกs interesante que todo lo que pueda sacarse del tramo final. Primero en la infancia, luego en la juventud, los personajes de Idol nos conducen por un viaje cinematogrรกfico que nos acerca nuevamente al territorio de pelรญculas como El impiabotas (Vittorio De Sica, 1946), el fragmento del niรฑo que roba las botas del soldado estadounidense en Paisรก Camarada (Roberto Rossellini, 1946), Los olvidados (Luis Buรฑuel, 1950), Milagro en Milรกn (Vittorio De Sica, 1951), o Ciudad de Dios (Fernando Meirelles, Katia Lund, 2002). Cada cual a su manera, estas pelรญculas intentan llevarnos por caminos que es fรกcil recordar viendo Idol, y que procuramos olvidar cuando salimos del cine para no hacernos preguntas incรณmodas que puedan perturbar nuestro autocomplaciente optimismo de turistas del humanismo.
Es cierto que la parte mรกs interesante de la pelรญcula transcurre dentro de las rejas que atrapan a los habitantes de Gaza, y por ello la pelรญcula es notable en todo el metraje que transcurre antes de que el protagonista llegue a la frontera e intente cruzarla. Pero lo mรกs meritorio de la propuesta llega precisamente a partir de ese momento. En otras manos, y lo hemos visto mil veces en este tipo de historias, esa magia de docudrama que mezcla el reportaje y las ruinas con las vidas ilusionadas del puรฑado de personajes atrapados en el cepo de la historia, se habrรญa extinguido a partir del momento en que el personaje empieza a perseguir su sueรฑo. Afortunadamente el director sabe mantener un tono moderado en la parte previsiblemente mรกs tรณpica de biopic y de persecuciรณn del sueรฑo de la fama para no perder ese otro tono mucho mรกs realista y cercano que impregna las tres cuartas partes de su relato. Merced a ello esa culminaciรณn en el concurso no es un lastre para el resto de la pelรญcula, porque no hay una entrega total al melodrama. Al contrario: el director se empeรฑa en mantener ese tono de docudrama รกspero que preside el resto de su historia y llega asรญ lo que me parece mรกs notable de su trabajo en esta pelรญcula: esa resistencia a ultranza por escapar de lo peor de la fรณrmula genรฉrica a la que pertenece la pelรญcula para darle una entidad sobria que sin caer en la trampa del panfleto melodramรกtico nos haga reflexionar sobre la vida de la gente de Gaza. Por una vez la fรกbrica de juguetes rotos y estrellas catรณdicas, el pan y circo de la tele de cada dรญa, sirve para algo รบtil.
Miguel Juan Payรกn
COMENTA CON TU CUENTA DE FACEBOOK