Crítica de la película Jurassic Park
Bienvenidos a Jurassic Park, la aventura más grande desde que los dinosaurios dominaban la Tierra
Hoy voy a hablar de una de mis películas favoritas de todos los tiempos. Estoy seguro que sabéis de lo que hablo, una de esas películas roba siestas que cuando haces zapping en televisión y la están echando, sabes que no tienes nada que hacer contra ella así que te dejas llevar por la magia del cine: bajas las persianas, pillas la mantita, las palomitas y a disfrutar como un niño pequeño. Para mí, esta película es muy especial porque significa volver a mi infancia y me hace disfrutar del cine en todos los sentidos. Hoy hablamos de Parque Jurásico!
Dirigida por Steven Spielberg y estrenada en 1993, la película se basa en la novela homónima de Michael Crichton publicada en 1990 y que desde antes de su publicación, su autor tenía muy claro que la historia era tan potente que los estudios se iban a liar a palos por conseguirla cuando se enterasen de cuál era la historia. Al enterarse Spielberg de este proyecto, se propuso liderar el mismo ya que se declaraba un fanático de los dinosaurios, convenciendo a Universal Studios para comprar por dos millones de dólares (+/-) los derechos para hacer la película.
Y bien, ¿de qué trata la película?
La empresa multinacional InGen, liderada por John Hammond (Sir Richard Attenborough), ha creado un parque de atracciones en una isla de Costa Rica en la que, gracias a los avances tecnológicos en ingeniería genética, han conseguido clonar diversas especies de dinosaurios mediante la manipulación genética de su ADN encontrado en los mosquitos fosilizados en ámbar.
Para que este peculiar parque de atracciones pueda ser abierto al público, Hammond necesita que los inversores estén convencidos de que las “atracciones” son completamente seguras. Para conseguirlo, organiza una visita de fin de semana encabezada con dos de los paleontólogos más reputados, Alan Grant (Sam Neill) y Ellie Sattler (Laura Dern). A esta visita se suman Ian Malcolm (Jeff Goldblum), matemático y experto en la Teoría del Caos y Donald Gennaro (Martin Ferrero), el abogado de los inversores y cuyo objetivo es asegurar los intereses de sus clientes.
Una vez en la isla Nublar, descubren que esas atracciones del parque son en realidad dinosaurios reales, de carne y hueso… quedando completamente fascinados ante la magnitud de tal creación. Sin embargo, esa ilusión inicial al ver esos animales extintos vivos de nuevo, pronto se transformará en preocupación al considerar las dudas morales sobre la empresa acometida: ¿es correcto traer de nuevo al mundo especies que tuvieron su oportunidad natural y perecieron? ¿realmente tenemos el control sobre la naturaleza para jugar a ser dioses con la creación?.
La visita turística se convierte en una misión de supervivencia cuando el informático que controla remotamente por ordenador toda la seguridad del parque, Dennis Nedry (Wayne Knight), se vuelve codicioso y hace un boicot a Hammond en favor de la empresa de la competencia, haciendo que pierdan el control del parque…
“Los dinosaurios y el hombre, dos especies separadas por sesenta y cinco millones de años de evolución, se han mezclado de pronto… ¿Cómo podemos tener ni la más remota idea de lo que cabe esperar?”, a lo que sólo puedo añadir: Bienvenidos a Jurassic Park!
El año 1993 fue de Spielberg, arrasando en los Oscars con un total de 10 estatuillas: 7 por La Lista de Schindler y 3 por Parque Jurásico (mejor edición de sonido, mejor sonido y mejores efectos visuales). Además de todos los premios imaginables que se pudo llevar (que se los llevó), esta película se convirtió en la más taquillera de la historia del cine hasta que en 1997 James Cameron estrenase Titanic.
Tras re-visionar la película para escribir esta crítica, me ha sorprendido gratamente ver lo bien que le han sentado (visualmente) estos 25 años a la cinta y es gracias en gran parte al uso de animatronics que hace que te creas que esos dinosaurios están ahí (como por ejemplo el T-REX y el Triceratops) y a los fantásticos efectos digitales que daban un salto cualitativo con respecto a la tecnología que había anteriormente (principalmente por la técnica de stop motion).
Como pasaba con Tiburón, Spielberg sabe dosificar perfectamente las apariciones de los dinosaurios y con ayuda de efectos sonoros y visuales (por ejemplo, como ocurre con el vaso de agua) consigue hacernos creer que hemos visto dinosaurios todo el rato cuando no es así. Pensadlo, de los 127 minutos que dura la película, ¿en cuántos pensáis que aparecen dinosaurios?….Tan sólo en 15 minutos, el 11,81% del metraje total. Esto sólo lo consigue hacer un genio.
La música de John Williams es la que termina de vestir la película, convirtiéndola en algo más que un mero espectáculo visual.
En cuanto al apartado sonoro, hay que pensar que nadie sabía cuando se rodó la película qué sonidos hacían los dinosaurios ni tampoco el color de su piel, textura… Por ello, la labor de creación que hicieron en esta película es sencillamente espectacular porque hubiera sido muy fácil que algún dinosaurio resultara. Consiguen que durante toda la cinta estemos metidos de lleno en ese parque, que creamos que realmente los dinosaurios están ahí, vivos.
Con respecto a la novela hay bastantes cambios significativos por lo que os recomiendo que le deis una oportunidad a la misma ya que Crichton la escribió de manera muy cinematográfica (ya pensando en la película) lo que hace que la devores en dos tardes.
Otro de los grandes aciertos de la película es el elenco de actores (a pesar de los dos niños, que cansan un poquito…), que para quien no lo sepa pudo haber sido muy diferente… ¿Queréis que para terminar esta crítica os cuente cuáles fueron las primeras opciones que se barajaron en el casting? Allá vamos:
- Alan Grant: Harrison Ford (aunque Sam Neill en esta película es extrañamente parecido a Indiana Jones, ¿no os parece?).
- Ian Malcon: Jim Carrey
- Ellie Sattler: Sandra Bullock
- John Hammon: Sean Connery
En conclusión, es una muy buena película de ciencia ficción que entremezcla con gran acierto claves de acción y terror consiguiendo que desde la primera escena el espectador se quede anclado a la butaca, siendo testigos de una aventura de supervivencia que nos retorna a nuestros orígenes, una lucha entre el hombre y los dinosaurios pero traída a nuestros días. Si queda alguna duda de la grandeza de esta película, basta ponérsela a cualquier persona para ver su reacción, quedará maravillada.
Rubén Arenal
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