Jurassic World. Mejor que Parque jurásico 2 y 3, casi tan buena como la 1. Festival de dinosaurios.
Para mí es de tres estrellas y media, casi cuatro. Vaya por delante que la adaptación que hizo Steven Spielberg de la novela de Michael Crichton, Parque jurásico, sigue siendo mejor película, pero yo no tengo más remedio que reconocer que el festival de dinosaurios que nos propone Jurassic World me ha dejado muy satisfecho, me ha hecho pasar un buen rato de evasión en el cine y me ha convencido sin duda más que al segunda y la tercera entrega. Es más, y aquí voy a mojarme como siempre hago en estas críticas, a título personal, me ha gustado más que la de Spielberg, sin ser mejor que ella, insisto. ¿Por qué? Se lo explico. Cuando vi Parque jurásico, me había leído primero la novela de Michael Crichton y me pareció más siniestra, a ratos incluso terrorífica, que la película. Además, yo esperaba un Spielberg retornando a sus principios más gloriosos, ese Spielberg de Tiburón. De hecho, esperaba Tiburón con dinosaurios. Y me quedé sólo medio convencido por la propuesta, que además se me hacía muy pesada y lenta en lo referido a la explicación de cómo fabricar un dinosaurio en la actualidad, con dibujitos animados y todo. Esa introducción nunca me convenció y vi más del espíritu de E.T. que del espíritu de Tiburón en la versión de Spielberg de Parque jurásico. De hecho, mientras veía Jurassic World he llegado a la conclusión de que, insisto una vez más, sin ser mejor que la película de Spielberg (aunque a mí no me dejara del todo satisfecho Parque jurásico), tiene muchos elementos, momentos, párrafos del relato, que están más cercanos a la novela de Michael Crichton, a su naturaleza de relato trepidante, de montaña rusa de encuentros con todo tipo de especies, a esa corriente soterrada de cine de catástrofe. En cualquier caso lo que está fuera de toda duda es que es una heredera más digna de todo eso y del propio Parque jurásico de Spielberg que las entregas dos y tres, si bien ambas me resultan entretenidas y en su momento las he defendido como pasarratos muy dignos.
De Jurassic World me gusta especialmente la manera en la que gestiona la compleja naturaleza del tipo de territorio cinematográfico en el que se mueve, y en esto también me recuerda mucho la novela original de Michael Crichton. Me refiero a que, como habrán podido comprobar quienes hayan comprado el penúltimo número de la revista Acción y hayan leído mi artículo sobre películas de dinosaurios, el cine con dinosaurios ha sido siempre un territorio de serie B y maquetas animadas fotograma a fotograma que sólo salió de esa categoría para integrarse en el cine más general y en los blockbuster precisamente de la mano de la novela de Crichton y de su traducción al cine por Spielberg. Hasta Parque jurásico, el cine de o con dinosaurios era carne de muñequitos animados para niños y adolescentes. Spielberg fue quien convirtió el tema en producto taquillero de serie A, un blockbuster en toda regla, con Parque jurásico. Pero el reto de moverse en esa especie de tierra de nadie entre la serie B y la serie A creo que lo resuelve muy bien Jurassic World, que se sabe un producto de serie A en la era blockbuster, pero no por ello reniega de la naturaleza de serie B a la que pertenecen muchos de sus elementos. Me gusta que sea capaz de meterme en el parque de verdad, mostrando ese lugar lleno de gente que nunca han podido mostrar las otras películas, lo que otorga una nueva dimensión al relato que me recuerda las películas de catástrofe del cine de los años setenta. Me parece un acierto que hayan convertido a los dos hermanos en una especie de conductores de la historia sin que me resulten tan repelentes como los niños de Parque jurásico (los dos se traen un rollito más cercano a la infancia de Sam y Dean Winchester, los protagonistas de la serie Sobrenatural). Me convence mucho el ritmo que tiene la película, que no decae en ningún momento, no tiene valles donde se frene la acción, es un espectáculo de tensión continua y creciente en lo referido a las secuencias de acción. Sus dos horas no se notan. Además creo que trabaja bien su presentación de personajes, si bien es cierto que en lo referido a Bryce Dallas Howard, entiendo esos comentarios que ha recibido de ser algo machista, porque para ser sincero creo que su personaje femenino se ha quedado aislado de la corriente dominante en el cine de acción y evasión más reciente, y es como una muestra de visión algo rezagada de la mujer si lo comparamos por ejemplo con el papel de Charlize Theron en Mad Max, furia en la carretera o con lo que podemos esperar de la interpretación de Emilia Clarke como Sarah Connors en el reboot de Terminator. Hay cierto desequilibrio en ese aspecto, es cierto. También me habría gustado que aprovecharan más a Vincent D´Onofrio, sobre todo porque, especialmente después de verle en su encarnación de Wilson Fisk en la serie Daredevil creo que podría haber tenido una contribución. Pero no debemos olvidar que esto sigue siendo una película de dinosaurios concebida como parque de atracciones visual, en la que los verdaderos protagonistas son los bichos. El que sí está pletórico es Chris Pratt, y sin repetir papel del estilo del que le ha convertido en estrella en Guardianes de la galaxia, lo cual habría sido un error. Si aquí hubiera trabajado en ese mismo registro de cachondo gamberro se habrá repetido, y además habría estado errando el camino. Por el contrario, con la manera en la que interpreta a esa especie de macho alfa del reparto es fácil advertir que es muy posiblemente la mejor opción para tomar el relevo de Harrison Ford en el personaje de Indiana Jones.
Dicho de otro modo: creo que es muy divertida, lo he pasado bien viéndola, creo que retiene elementos de la novela de Michael Crichton que me entusiasmó leer, y pienso que además es fiel al espíritu de Parque jurásico en su conceptos esenciales, siendo además eficaz como actualización de la fórmula.
Miguel Juan Payán
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