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Kirk Douglas: Repaso a su carrera, filmografía y películas

Kirk Douglas: Repaso a su carrera, filmografía y películas

Nombre completo: Issur Danielovich Demsky

Nació el 9 de diciembre de 1916, Amsterdam, Nueva York (Estados Unidos) y falleció el 5 de febrero de 2020 en Los Angeles, California, Estados Unidos

Este artículo fue publicado en el número 121 de ACCIÓN y dado que se encuentra agotado lo reproducimos para que podáis disfrutarlo.

FILMOGRAFÍA

1946.- El extraño amor de Martha Ivers; 1947.- Retorno al pasadoMourning Becomes Electra, Al volver a la vida; 1948.- Murallas humanas, Mi querida secretaria, Carta a tres esposas; 1949.- El ídolo de barro; 1950.- El trompetista; 1951.- El gran carnaval, Camino de la horca, Brigada 21; 1952.- La ley de la fuerza, Río de sangre, Cautivos del mal; 1953.- Tres amores, Hombres olvidados, Act Of Love; 1954.- Ulises, 20.000 leguas de viajes submarino; 1955.- Hombres temerarios, La pradera sin ley, Pacto de honor; 1956.- El loco del pelo rojo; 1957.- Duelo de titanes, Intriga femenina, Senderos de gloria; 1958.- Los vikingos; 1959.- El último tren de Gunn Hill, El discípulo del diablo; 1960.- Un extraño en mi vida, Espartaco; 1961.- El último atardecer, Ciudad sin piedad; 1962.- Los valientes andan solos, Dos semanas en otra ciudad; 1963.- Silencio de muerte, Tres herederas, El último de la lista; 1964.- Siete días de mayo; 1965.- Primera victoria, Los héroes de Telemark; 1966.- La sombra de un gigante, ¿Arde París?; 1967.- Camino de Oregón, Ataque al carro blindado; 1968.- Sindicato de asesinos; 1969.- Mafia, El compromiso; 1970.- El día de los tramposos; 1971.- El gran duelo, La luz del fin del mundo, Con los dedos cruzados; 1973.- Scalawag, pata de palo, Un hombre a respetar, La décima víctima; 1975.- Una vez no basta, Justiciero del oeste; 1976.-Victoria en Entebbe; 1977.- Holocausto 2000; 1978.- La furia; 1979.- Cactus Jack, Saturno 3; 1980.- Home Movies, El final de la cuenta atrás; 1981.- El hombre de Río Nevado; 1983.- La fuga de Eddie Macon; 1986.- Otra ciudad, otra ley; 1991.- Bienvenido a Veraz, Oscar, quita esas manos; 1995.- Los codiciosos; 1999.- Diamantes; 2002.- Smack, The Kisser; 2003.- Cosas de familia; 2004.- Illuson

EL PADRE DE MICHAEL DOUGLAS

     Al final de su biografía, titulada  El hijo del trapero, en alusión a la profesión que tenía su padre, Kirk Douglas hacía una broma respecto a la popularidad de su hijo Michael en el cine más reciente, recordando -o quizá incluso  reinventando- la anécdota de un día en que una jovencita acudió a saludarle y él, convencido de su gancho popular, se dispuso a firmarle un autógrafo, instantes antes de comprobar que la nena en cuestión le había reconocido como… ¡el padre de Michael Douglas!

     El obligado reconocer que para las últimas generaciones de aficionados al cine, la figura de Michael Douglas está mucho más próxima que la de su padre, Kirk. No obstante, para quienes ya peinan (peinamos) algunas canas y pasamos de los cuarenta, el apellido Douglas es, antes que nada, el de un auténtico gigante del cine americano, figura indispensable para completar los años dorados de Hollywood y buena parte de los excelentes ratos de entretenimiento y diversión que nos proporcionó el cine en nuestra infancia y juventud. Y, claro, el apellido corresponde al patriarca de la familia Douglas en lo que a menesteres artísticos se refiere; esto es: al veterano Kirk.

     Por otra parte, y aún considerando que posiblemente en lo que a sueldo astronómico, escándalos, e incluso premios se refiere, Michael ha conseguido no sólo emular sino incluso superar a su padre (él tiene un Oscar como mejor actor por Wall Street mientras que Kirk es uno de los grandes que se ha quedado con las ganas de abrazar la estatuilla, a pesar de haber sido nominado en tres ocasiones a dicho premio, por sus trabajos en El ídolo de barro, Cautivos del mal y El loco del pelo rojo),  no se puede poner en duda que el alcance de Douglas padre como figura mítica en la historia del cine es considerablemente superior al de su vástago más famoso.

     Para aclarar más aún tal extremo basta con citar las que quien esto escribe considera sus mejores películas, a saber: El ídolo de barro, El gran carnaval, Camino de la horca, Brigada 21, Río de sangre, Cautivos del mal, 20.000 leguas de viaje submarino, El loco del pelo rojo, Los vikingos, Duelo de titanes, El último tren de Gunn Hill, Siete días de mayo, Espartaco,  y El día de los tramposos. Cualquiera de estos títulos figura entre los mejores logros del cine desde que Kirk Douglas empezó su trayectoria profesional ante las cámaras, son victorias indiscutibles e inolvidables de lo que debe ser el cine cuando se le concibe como espectáculo al mismo tiempo que como maquinaria de estimulación al pensamiento propio, una inyección de imaginación para el espectador que se da en menor número de títulos entre los que adornan la filmografía de su hijo. Sin ánimo de ofender, simplemente la filmografía de Michael cuenta con menos películas redondas e inolvidables que las de Kirk, aunque el segundo sea hoy menos reconocible como estrella por las nuevas generaciones de cinéfilos, que deberían repasar, con carácter de urgencia, los largometrajes esenciales de la historia del cine filmados antes de 1975.

EL HIJO DEL TRAPERO

     Hijo de inmigrantes analfabetos, como él mismo aclara en el primer capítulo de su biografía, El hijo del trapero, esto es, Kirk Douglas, que como tal se presentó en el texto que dedicó a recorrer su vida, era descendiente de judíos rusos, no duda en reconocer su origen humilde, la infancia de barrio pobre, los golpes que le daba su padre, al que define con estas palabras de singular elocuencia: «Mi padre era un gran bebedor y pasaba la mayor parte del tiempo en bares, casi siempre enzarzado en alguna pelea. Una vez tuvo una bronca con siete tipos. Arrojó a uno por una ventana, saltó por encima de la barra y rompió la crisma a botellazos a unos cuantos. Los dejó a todos fuera de combate. En los tribunales, el juez miró al gentío que acusaba a mi padre de haberle dejado los ojos en compota, la nariz rota, las costillas magulladas, y rechazó el caso: no creyó que un hombre solo pudiera derrotar a tantos». Este recuerdo de la figura paterna, teñido sobre todo de nostálgica admiración, nos hace pensar cuántas veces habrá estado interpretando a su propio padre el Kirk Douglas que entre otras muchas cosas se convirtió en una de las principales estrellas del cine de acción fabricado en Hollywood.

     Su capacidad para aparecer ante las cámaras como héroe o como villano con una capacidad dramática siempre convincente, proporcionó a Kirk Douglas una rápida carrera hacia el estrellato a pesar de la dura competencia con la que hubo de lidiar desde sus primeros tiempos en el cine.

     La interpretación se convirtió para Kirk Douglas en el billete para salir de la pobreza, que había rodeado a su familia desde la llegada de la misma a los Estados Unidos, huyendo de los reclutamientos que hacía el ejército ruso para alimentar el frente de la Guerra Ruso-Japonesa.

     Tras aparecer en unas serie de pequeños papeles en los escenarios de Broadway, Kirk se alistó en la Marina para combatir en la Segunda Guerra Mundial, pero acabó en una estación de radio durante la contienda. A su regreso, Lauren Bacall, que había sido su compañera en las clases de arte dramático, le consiguió un papel para sustituir a Richard Widmark en una representación teatral, y más tarde sirvió como mediadora entre Douglas y el productor cinematográfico Hal W. Wallis para que éste le hiciera una prueba de cámara que se saldó con el papel masculino protagonista de El extraño amor de Martha Ivers.

     Las críticas positivas que cosechó por su trabajo en esta primera aparición cinematográfica llevaron a Douglas a elegir la permanencia en Hollywood en lugar de insistir con su carrera teatral en los escenarios de Nueva York. Así llegó a sus manos el papel de gángster en Retorno al pasado, donde construyó uno de los más recordados villanos del cine negro desde un papel cuya calificación como secundario no le impidió robar plano en cada una de sus apariciones junto al legítimo protagonista del largometraje, Robert Mitchum.

     Tan interesante principio de carrera en la pantalla grande cimentó definitivamente sus oposiciones al estrellato con un drama ambientado en el mundo del boxeo: El ídolo de barro, interpretando el papel del púgil Midge Kelly, vencido por su propio éxito, algo que también tenía mucho que ver con la situación real por la que pasaba Douglas en aquel momento. A renglón seguido el actor se enfrentó con el reto de dar vida a un ídolo del jazz, Bix Beiderbecke, en El trompetista, que encadenó con el papel de caballero del sur de The Glass Menagerie, adaptación de la obra de Tennessee Williams, El zoo de cristal, el ambicioso reportero de El gran carnaval y el policía con problemas de Brigada 21. Cualquiera de esas interpretaciones habría servido para que se le considerara un actor de recursos probados en cualquier tipo de circunstancias, pero pronto Kirk empezó a desplegar una carrera como productor en la que puso de manifiesto un instinto para el negocio cinematográfico no exento de buen gusto a la hora de elegir sus proyectos. De sus interés por esta faceta como productor, iniciada con la fundación de la empresa que llamó Bryna en 1958,  nacieron títulos tan representativos como Senderos de gloria, Los vikingos o Espartaco, por citar sólo tres de los más recordados.

     Que también tuviera tiempo de enredarse en un «peplum» curioso, Ulises, rodado en Europa junto a Anthony Quinn, y que se atreviera a dirigir su propio largometraje, Scalawag, pata de palo, hacen que podamos perdonarle una etapa más gris con singulares resbalones al final de su carrera, como las infumables Cactus Jack y Otra ciudad, otra ley, por no hablar de la breve aparición en uno de los más horrorosos experimentos de Sylvester Stallone con el humor, Oscar, quita esas manos.

CURIOSIDADES

     Entre los datos anécdóticos que adornan la vida de Douglas se cuenta que abandonó el papel como sheriff enfrentado a Stallone en Acorralado cuando la película ya estaba en marcha, y que en los últimos años se ha dedicado a escribir, bastante bien, por cierto, novelas como El regalo, y que tiene cuatro hijos que le han seguido la pista en esto del cine: Eric es actor y director, Joel y Peter son productores, y Michael es… bueno, Michael Douglas. Además se casó en dos ocasiones, con Diana Douglas de 1943 a 1951, y con Anne Byudens en 1954.

     Pero a los cinéfilos quizá nos interese más quedarnos con un proyecto no realizado pero que sin duda habría podido ser una gran película: Kirk estuvo a punto de convencer al productor Samuel Bronston, artífice de películas como 55 días en Pekín, La caída del Imperio Romano o El Cid, para que rodara con él una historia sobre la entrada en Méjico de Hernán Cortés.

     Douglas habría sido un excelente Cortés en la pantalla.

Miguel Juan Payán

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