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jueves, mayo 2, 2024
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La boda de mi mejor amiga ***

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Está siendo un buen año para la comedia gamberra americana, la verdad, o al menos eso es lo que la taquilla indica y también los críticos que han aplaudido películas como Horrible Bosses, Friends with Benefits o esta que nos ocupa, por no hablar de los éxitos como Resacón 2 y Bad Teacher, además de otras comedias que aún tienen que llegar, como Crazy Stupid Love o The Change-up. Ha sido un año bastante prolífico en comedias para un público más adulto, y la audiencia está respondiendo. La estela de Resacón en Las Vegas es alargada, la verdad.

Porque La Boda de mi Mejor Amiga es la versión femenina de Resacçon en las Vegas, y de su éxito bebe para haberse convertido en uno de los sleepers del año en USA, donde ha recaudado más que la última de X-Men, Green Lantern, Kung Fu Panda 2 o Cowboys vs. Aliens. Y con un presupuesto mucho menor. Claro que no tiene las ventas en merchandising que tienen las otras películas. Pero sus más de 160 millones recaudados compensan lo suficiente como para que su protagonista y guionista, Kristen Wiig, salida de la cantera del Saturday Night Live, sea considerada una de las nuevas reinas de la comedia americana.

El mayor reto al que se enfrentaba esta película era superar el sambenito de ser una comedia gamberra hecha por y para mujeres. No quiero decir que las mujeres no puedan ser gamberras, que lo son y mucho, sino que en el pasado muchas veces cuando nos encontrábamos con un producto que tenía esa etiqueta, resultaba ser una copia de una comedia masculina pero con mujeres, lo cual no terminaba de funcionar (como bien sabe Cameron Diaz y aquella La Cosa más Dulce). Superar ese obstáculo y convencer al público de que la película puede ser gamberra, tener mala baba, su propia identidad y además ser femenina, es el mayor de los obstáculos a superar por una película así. Y es algo que La Boda de Mi Mejor Amiga logra con creces. De hecho, es uno de los principales pilares sobre los que se sustenta la película.

Vamos, que ni la película se marcha por el camino de la baba fácil que los productores de Hollywood piensan que interesa a las señoras, ni se cree que las mujeres para ser gamberras deben ser tíos en un cuerpo de mujer. La película es lo suficientemente inteligente (porque la ha escrito una mujer inteligente), para ser una comedia gamberra desde el punto de vista femenino, con un grupo de mujeres en pantalla y una protagonista que es a la vez divertida, sexy, triste, fracasada, inteligente, soñadora, manipulada, cínica y romántica. Humana, a fin de cuentas. Real como cualquiera de nuestras novias, madres, hermanas o amigas. Vamos, que esto no es Sexo en Nueva York. Una mujer que piensa que su vida ha tocado fondo y que cree que nada puede ir a peor, mientras se contenta con las pequeñas alegrías que le da la vida. Sobre todo con su relación con su mejor amiga, que está a punto de casarse.

Y aunque la vida le ha dado bastantes reveses se toma las cosas con cierto sentido del humor, aunque la aparición de una persona dispuesta a arrebatarle el cariño de su mejor amiga, una mujer más guapa y de mayor éxito que ella que irrumpe en sus vidas como un huracán, la lleve a perder lo poco que le queda y a replantearse muchas cosas. Y no, no es un drama, es una comedia. Lo que ocurre es que, entre chiste y chiste, tiene muy claro que hay una historia y un trasfondo detrás de ella. Tiene alma y sabe enseñarla sin babear ni dramatizar. Que la trama gire en torno a la amistad entre dos amigas y que el rollo romántico sólo sea muy secundario, no sólo se agradece, sino que le sienta de perlas a la película.

El humor suele ser jugado con gracia y elegancia hasta en sus momentos más cafres, como con la protagonista comentando el sexo oral en la cafetería, el momento de la carne en mal estado mientras se prueban la ropa de la boda, el viaje en el avión o la charla con la cría en la joyería. Hay momentos que apuestan por la sutileza y otros por la salvajada, pero siempre sabiendo dónde están los límites y qué barreras no cruzar para no convertirse en una película de otro género.

La protagonista es un vendaval de diálogos cargados de cinismo, inmadurez, cariño y encanto que se hace querer por los espectadores, pero viene rodeada de un grupo de secundarios de verdadero lujo, con Maya Rudolph y Rose Byrne a la cabeza, pero sin olvidarnos de gente como Matt Lucas, Melissa McCarthy o un Jon Hamm que sale poco, pero cuando sale lo borda y de qué manera (y hace reír mucho).

No todo van a ser flores, es una buena comedia pero no es perfecta. La trama no es muy original y acaba haciendo una bajada de pantalones de padre y muy señor mío con la trama central y la historia de amor. Le sobra metraje y uno no deja de pensar que un par de tijeretazos a tiempo habrían aligerado la película y la habrían hecho más divertida, porque muchos chistes buscan la sonrisa cómplice más que la carcajada.

Pero con todo y con eso, la película supone una de las mejores comedias del año, en un año que no ha sido particularmente malo para el género y que aún nos tiene que enseñar un par de ases en la manga. Esta película se alza como un nuevo referente del género y es perfecta para ver en compañía y luego comparar con Resacón en Las Vegas, para conocer las dos caras de la misma moneda. Para disfrutarlas ambas y reírte bastante.

Sin importar el género, la verdad. Esa es la virtud de una buena película.

Jesús Usero

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