Pedro Almodรณvar regresa a la comedia con una pelรญcula divertida, รกcida y surrealista. Totalmente acorde a los tiempos que nos ha tocado vivir, por desgracia, el director manchego nos trae en su รบltima pelรญcula un relato que, ante todo, es polรญticamente incorrecto. Y no es que Almodรณvar haya sido nunca sospechoso de lo contrario, de intentar no ofender a nadie, es que en Los Amantes Pasajeros parece decidido a hacer volar por los aires las ideas preconcebidas de mucha gente, y si alguna vez se le ha acusado de incorporar personajes raros o estrafalarios (los crรญticos a veces tambiรฉn somos un poquito meapilasโฆ o muchas veces), aquรญ los tiene todos. Absolutamente todos son para echarlos de comer a parte. Del piloto de tan peculiar vuelo al รบltimo pasajero, incluyendo a los que ni siquiera van en el aviรณn. Bordando el surrealismo en ocasiones, pero manteniendo siempre al espectador atento a la pantalla pendiente de lo que pueda suceder a continuaciรณn. Porque, crรฉanme, en este aviรณn cualquier cosa es posible.
Hay que reconocerlo sin complejos y sin problemas. Almodรณvar es, sin mucho lugar a dudas, uno de los mejores directores de nuestro tiempo, y no hablo sรณlo de cine espaรฑol. Otra cosa es que nos guste o no, pero con poco que uno entienda de esto sus virtudes son evidentes. Sabe componer personajes con cuatro trazos de guiรณn, es un maestro de los diรกlogos, maneja los repartos con un toque tan especial que sus actores siempre suelen llevarse mรกs de un premio, sabe componer con la cรกmara de forma brillante y tiene una puesta en escena impecable. ยฟQue no comulgas con sus temas y filias personales? Perfecto. Nadie tiene que hacerlo. Pero es justo reconocerle el talante de genio. El no pensar nunca si algo va a gustar a la mayorรญa o si algรบn detalle puede resultar demasiado estrafalario. El punto de irreverencia. Y mรกs aรบn en una comedia como รฉsta, que nos enseรฑa que, para ser divertido de verdad, hay que ser polรญticamente incorrecto. Y mucho. Con un par.
La pelรญcula nos presenta un peculiar vuelo de una desconocida aerolรญnea, camino a Mรฉxico. Pero con un problema tรฉcnico las cosas empiezan a salirse de madre y, entre unos pocos pasajeros y el personal de abordo, montarse un cacao de esos que marcan รฉpoca. Y no conviene revelar mucho mรกs porque en las sorpresas del guiรณn andan algunas de las claves y mejores momentos, chistes incluidos, de la pelรญcula. Perfecta para los tiempos que corren porque nos habla de la crisis que vivimos, pero no sรณlo de la econรณmica, que tambiรฉn, sino de la de las personas, cada vez mรกs intransigentes y egoรญstas, cada vez mรกs ensimismadas. Cada vez menos interesantes. Lo hace con sutileza en cuanto a los temas, que va dejando aquรญ y allรก en las escenas de la pelรญcula, pero como un elefante en una cacharrerรญa en cuanto a los modos, sin dejar tรญtere con cabeza respecto a muchas de las miserias del ser humano. Pero riรฉndose con ellas, de ellas, de nosotros mismos.
En un espacio reducido del que saca el mejor partido posible gracias al encuadre y la puesta en escena (hay planos en los que uno no sabe si estรก viendo una comedia o una de intriga, porque su puntito de intriga tiene la pelรญcula), se mueve como pez en el agua, sabiendo trasladar la acciรณn en determinados momentos a otro lugar, para no saturar al espectador con la cabina del aviรณn y la zona de clase business. Jugando a ser dios con las casualidades de la pelรญcula, que hay muchas, pero que en una comedia, por el absurdo y el surrealismo, quedan de lujo. Y mostrando una serie de personajes arrolladores, divertidos y bastante salvajes.
Desde los tres azafatos gays al banquero corrupto, pasando por una pasajera vidente, otra tocanarices, dos pilotos colgados, un actor famoso o una pareja de reciรฉn casados. De todos ellos extrae momentos que nos sacarรกn sonrisas y carcajadas, momentos de ternura y de locura, momentos de despiste absoluto. Con un reparto sensacional, de esos que pueden llenar salas de cine y que, en mรกs de una ocasiรณn, nos sorprenderรก con ciertas interpretaciones. Javier Cรกmara a la cabeza, aunque sea reparto coral, sin dejar de mencionar a Cecilia Roth, Willy Toledo, Antonio de la Torre, Hugo Silva, Lola Dueรฑas, Josรฉ Marรญa Yazpik, Miguel รngel Silvestre, Raรบl Arรฉvalo, Carlos Areces, Blanca Suรกrez, Paz Vega y los cameos de Antonio Banderas y Penรฉlope Cruz, entre otros. Todos con sus momentos de gloria. Todos descabellados. Todos magnรญficos.
Porque en este universo tan particular y surrealista que Almodรณvar ha creado para la ocasiรณn, las situaciones rocambolescas se suceden continuamente, haciendo reรญr o sonreรญr segรบn el momento, y dejando de lado cualquier tipo de correcciรณn. Desde cรณmo se llaman entre ellos los azafatos, a la verborrea del sobrecargo, pasando por las charlas de los pilotos (ojito a Hugo Silva y su charla definitiva con Antonio de la Torre), a los momentos de gloria de Lola Dueรฑas (y la respuesta tajante de Cecilia Roth), el tema de la dominatrix y sus clientes, las llamadas telefรณnicas, la madre de Paz Vega, la portera Carmen Machiโฆ Aquรญ o caen todos o no cae nadie. Como ese nรบmero musical impagable de Areces, รrevalo y Cรกmara. O el agua de Valenciaโฆ
Y de paso aprovecha para tocar lo justo el mundo en crisis en el que vivimos. Con ese banquero corrupto, con los periรณdicos, con el aeropuertoโฆ Dejando claro que es mayor vergรผenza ser corrupto que ser dรณmina por dinero, sin ir mรกs lejos. Aliviando con una carcajada los malos tiempos que nos han tocado vivir. Aunque el personaje del banquero sea un pelรญn (sรณlo un pelรญn) estereotipo. No deja de ser nunca una pelรญcula de Almodรณvar y sus detractores se cebarรกn con ella por eso. Pero no es mรกs que muestra de personalidad, humor y buen hacer. Quizรก no serรก tan recordada como Todo sobre mi Madre o Mujeres al Bordeโฆ pero la hora y media que nos hace pasar es muy de agradecer. Y, repito, con un par.
Jesรบs Usero
Opiniones del pรบblico a cargo de nuestro redactor Vรญctor Blanco. Follow @veblanco
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