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jueves, marzo 28, 2024
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Misión: Imposible. Nación secreta ★★★★

Misión: Imposible. Nación secreta ★★★★

Crítica de la película Misión: Imposible. Nación secreta

Tan buena como la primera. La saga gana mucho en calidad con ésta entrega.

Pues ni más ni menos que eso: es tan buena como la primera entrega que dirigió Brian De Palma, que para mí era hasta este momento la mejor, como ya expliqué en el artículo que le hemos dedicado a la franquicia de Misión: Imposible en la revista Acción que puedes pasar a comprar en tu quiosco más cercano. Christopher McQuarrie es muy buen guionista y en esa parcela le saca el máximo partido a las posibilidades de la franquicia. Además su propuesta tiene la suficiente voluntad para diferenciarse de las dos películas anteriores, más volcadas hacia el encadenado de momentos espectaculares. Nación secreta tiene sobrados momentos de acción trepidante, pero se inclina más por la construcción narrativa en lugar de por la pirotecnia visual. Es sólida en su guión. Y como sabe cualquier buen aficionado al cine, si el guión es sólido, la película siempre es mejor, independientemente de que tenga más o menos saltos o piruetas espectaculares. McQuarrie acierta en esa elección.

El guión saca partido por un lado al humor, potenciando la asociación de Cruise y Simon Pegg como dúo que parodia algunos aspectos de la saga. El tono de aventuras, acción y humor está marcado desde el principio, con la escena de Cruise colgado del avión, tan espectacular como cualquiera de los momentos espectaculares de la película, pero respaldada además por pinceladas de comedia que de paso sirven para potenciar el tono de aventura en grupo y marcar los lazos que unen a los personajes de Cruise, Simon Pegg, Jeremy Renner y Ving Rhames, la Fuerza de Misiones Imposibles.

Otro acierto de McQuarrie: dándole mayor protagonismo como contrapunto cómico al personaje de Pegg descarga de presión al personaje de Cruise, humanizándole en la sucesión de torpezas de su colega. El vínculo Pegg-Cruise es clave. Ejemplo: la secuencia en que planifican la incursión en el ordenador para cambiar los datos, nuevamente una alianza perfecta entre espectáculo de acción y solvencia narrativa. De paso sirve para hacer más vulnerable al personaje de Cruise, menos “macho-man”, más dependiente del grupo. Cruise no pierde protagonismo, pero su personaje, Ethan Hunt, mejora mucho en manos de McQuarrie, dejando de ser infalible es más completo y maduro como personaje. Además la película refleja la propia madurez de Hunt y de Cruise.

Al contrario que lo más habitual en el cine de acción de estos días, aquí manda el guión, no el espectáculo circense del más difícil todavía.

Y con el guión, cobran más interés y protagonismo las pinceladas de comedia.

Junto a esto, el otro gran hallazgo que complementa el personaje de Ethan Hunt y a través del mismo la propia saga es la manera en que McQuarrie le busca a Cruise una coprotagonista con la que se reparte al cincuenta por ciento las secuencias de pelea y acción. Rebecca Ferguson es todo un hallazgo en ese sentido. De hecho, es el personaje femenino más interesante de las cinco películas que hasta el momento integran la franquicia. Los aficionados al cine clásico entenderán qué quiero decir cuando afirmo que se da un aire a Joan Bennett, mujer fatal del cine negro clásico en películas como La mujer del cuadro o Perversidad, mezclado con la competencia para las escenas de acción que exhibiera en sus principios Catherine Zeta-Jones. Tanto la actriz como el personaje que ésta interpreta son el contrapeso perfecto para equilibrar el protagonismo de Cruise.

Por último la contribución de Alec Baldwin es bastante competente incluso trabajando a base de moverse dentro del estereotipo inevitable de los personajes secundarios en este tipo de película.

Además McQuarrie lleva mucho cine dentro, cine clásico, buen cine, cine de calidad, y eso se nota tanto cuando hace un guiño a un clásico de Alfred Hitchcock como El hombre que sabía demasiado en la escena de francotiradores en la ópera como en el momento en que elige mantenerse muy cerca del tono de la mejor entrega de la serie, la de Brian De Palma. Es su guía para desarrollar tanto los giros del argumento como la construcción de la intriga, pero también el equilibrio de los momentos de acción con la narración y el enredo de suspense.

Ello arroja una de las entregas con más y mejor cine dentro de todas las de la saga.

Miguel Juan Payán

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Miguel Juan Payán
Profesor de Historia del cine, Géneros cinematográficos y Literatura dramática

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