Hoy, a las 13:25 ha fallecido uno de los grandes del cine español, sin el cual resultaría difícil completar el puzzle de algunas de las mejores películas de nuestra cinematografía y la historia del audiovisual en nuestro país. José Luis López Vázquez ha muerto a los 87 años de edad tras dejar una huella imborrable entre los aficionados al cine español. Estaba en su casa, con su familia y con su compañera sentimental, la también actriz Carmen de la Maza, y su pérdida nos deja un borrón a muchos de los que durante varias décadas hemos disfrutado con su trabajo.
Hoy, a las 13:25 ha fallecido uno de los grandes del cine español, sin el cual resultaría difícil completar el puzzle de algunas de las mejores películas de nuestra cinematografía y la historia del audiovisual en nuestro país. José Luis López Vázquez ha muerto a los 87 años de edad tras dejar una huella imborrable entre los aficionados al cine español. Estaba en su casa, con su familia y con su compañera sentimental, la también actriz Carmen de la Maza, y su pérdida nos deja un borrón a muchos de los que durante varias décadas hemos disfrutado con su trabajo.
López Vázquez puso muchas sonrisas entre los espectadores del cine español de los años 40 en adelante, primero como secundario, más tarde como protagonista, pero afortunadamente le dejaron demostrar también que podía tocar otros resortes en el público y junto con su trabajo en joyas como El pisito (1959), Los tramposos (1959), El Cochecito (1960), Plácido (1961), El verdugo (1963), y un largo etcétera, le encontramos en inolvidables personajes como Benito Freire, el alobado en El bosque del lobo (1971), el protagonista de la angustiosa fábula televisiva de La Cabina (1972), Rodrigo en Habla, mudita (1973), Adela/Juan en Mi querida señorita (1972)…
Quien esto escribe siempre le recordará en tres de los casi 300 personajes que interpretó en su vida. Dos de ellos me hicieron reír hasta hartarme, y el tercero fue una buena lección de lo que significa ser periodista. En todos ellos este actor inmenso volvió a demostrar su capacidad para convertirse en una especie del español medio, o de cómo nos vemos (o nos vimos) durante muchos años los españoles de a pie, héroes de lo cotidiano dispuestos a sobrevivir contra viento y marea en las condiciones más absurdas que se puedan imaginar. Recordaré a López Vázquez con Fernando Galindo, la versión española de los antihéroes de cine negro americano en la divertida Atraco a las tres (1962). Le recordaré también como Rodolfo, el abnegado inquilino realquilado que obedeciendo el mandato de su novia acepta casarse con una anciana para tener opción a quedarse con su piso en El pisito (1959), una dura sátira preñada de humor negro que todavía hoy sigue siendo plenamente vigente a la vista de los problemas de vivienda que arrastramos. Tampoco olvidaré a López Vázquez en el pellejo del periodista Pajarito de Soto en La verdad sobre el caso Savolta (1980), dirigida por Antonio Drove sobre la novela de Eduardo Mendoza.
Invito a cada cual a componer su propia capilla ardiente de recuerdos de López Vázquez añadiendo su propio título favorito del actor, un gran actor que nació en Madrid en 1922, empezó a cosechar éxitos y popularidad a finales de los años 50 y nos ha acompañado como alguien de la familia durante varias décadas.
Como ha dicho el presidente de la Academia del Cine, Álex de la Iglesia: “José Luis López Vázquez es una de las figuras más importantes de nuestro cine. Ha estado en las mejores películas, probablemente en la mejor película. Es una de las patas en las que se sustenta el cine de nuestro país. Se han ido Pepe Isbert, Fernán Gómez y ahora José Luis López Vázquez. Estamos perdiendo a los más grandes. Era, y eso lo resume todo, una parte fundamental del cine español”.
La capilla ardiente estará abierta a partir de mañana dia 3 de noviembre a las 15 hrs. hasta las 24:00 horas en el Teatro María Guerrero, y volverá a abrirse mañana a partir de las 9.
Descanse en paz.
Miguel Juan Payán