Hoy voy a seguir la estela de mi compaƱero, y sin embargo amigo, Miguel Juan PayĆ”n cuando hace unos dĆas nos hablaba de El Equipo A. al igual que esta una pelĆcula veraniega, en este caso una comedia, que da justo lo que se propone dar ni mĆ”s ni menos. Un rato simpĆ”tico y divertido a aquellos que acudan a verla dejando los prejuicios en la puerta y con ganas de cachondeo.
Quien busque una comedia elegante, inteligente o erudita, se ha confundido de sala o hasta de aƱo. Billy Wilder falleciĆ³ hace un tiempo y Adam Sandler y compaƱĆa nunca han pretendido continuar con su legado. Ni falta que les hace a tenor de cĆ³mo les suele tratar la taquilla. No vayamos a pedir peras al olmo a estas alturas.
Tras el fiasco crĆtico y comercial que supuso Funny People el pasado verano, no es de extraƱar que Sandler regrese a pastos que siempre le han sido mĆ”s verdes. como esta pelĆcula. Una comedia escatolĆ³gica, descerebrada y bastante blanca e inocua en el fondo. Vamos, que se ofende lo justo y lo necesario, y siempre con la boca pequeƱa.
AdemĆ”s lo hace acompaƱado por un reparto de cĆ³micos de mayor o menor renombre, sobre todo internacional, que siempre garantizan mayor gancho en la taquilla. Todos ellos amigos o colegas, lo que siempre ayuda a la quĆmica, mĆ”s aĆŗn cuando intentamos contar la historia de un grupo de amigos desde niƱos que se reĆŗnen con la excusa de la muerte de su viejo entrenador de baloncesto y acaban pasando unos dĆas juntos, arreglando sus miserias, recuperando el tiempo perdido, volviendo a ser niƱos, si es que alguna vez dejaron de serlo.
En este punto la cinta intenta salir un poco de la cueva y dejar tĆ³picos a parte. El marido que es amo de casa, el casado con una anciana, el triunfador con niƱos ultramimados… Pero no es mĆ”s que una excusa argumental que nos lleva por los mismos y trillados vericuetos de siempre. Pero en eso tampoco se equivoca la pelĆcula. Su intenciĆ³n no es sorprender, es agradar.
AquĆ ya cada cuĆ”l tendrĆ” un mayor o menor grado de aguante a Sandler y sus compinches. Si usted no les soporta, quĆ©dese en casa. Es la enĆ©sima vez que lo decimos, pero es que NiƱos Grandes no engaƱa a nadie. Se le ven las intenciones a miles de kilĆ³metros y nadie puede decir que le han llevado a ver algo que no esperaba. Si usted comparte el sentido del humor de esta gente, se sentirĆ” como en casa.
Y si ni lo uno ni lo otro, si acude con un grupo de amiguetes con ganas de pasarlo en grande y se toma un par de cervezas mientras ve la pelĆcula, las risas estarĆ”n garantizadas. En solitario tiene menos gracia. Es una pelĆcula de grupo.
Hay ademĆ”s en NiƱos Grandes un intento por emular el mayor Ć©xito de una comedia en cines norteamericanos, la mĆ”s que divertida ResacĆ³n en Las Vegas. Pero lo de ser gamberros nos e les da tan bien a estos actores, asĆ que es lo que menos destaca. QuizĆ” porque el arte de hacer el cafre no sĆ³lo estĆ” en el acto, sino en el que lo perpetra. Y esta gente es demasiado cĆ”ndida comparada con Bradley Cooper y compaƱĆa. No me los imagino robĆ”ndole el coche a la policĆa cuando se emborrachan. AquĆ se bebe poco y siempre se acaba arrimando a la parienta.
Y entre medias de todo ello, una suerte de gags que funcionan en su mayorĆa, algunos realmente divertidos, como casi todos los que hacen referencia al hijo lactante de 4 aƱos de Maria Bello y Kevin James, y cĆ³mo se desarrolla esa historia. O los que hacen a costa de las hijas caĆ±Ć³n de Rob Schneider, porque son las que te hacen cĆ³mplice de la historia por afinidad (ĀæQuiĆ©n no ha tenido un amigo con una mujer, novia, hermana… increĆblemente atractiva a la que no sabes cĆ³mo mirar?). O el cachas de piscina intentando impresionar a las mujeres… Cuando la cinta cae en los chistes sobre los pedos de la abuela o el pis en la piscina, el humor desaparece. Si ya de por sĆ los chistes de ese estilo pierden efecto, a fuerza de repetirse, se convierten en cansinos.
El mayor defecto de la pelĆcula, aquel que es imperdonable (o mejor dicho, aquellos), es que muestra algunas opciones mucho mĆ”s interesantes en la historia (la relaciĆ³n entre padres e hijos mimados, el complejo de Peter Pan, la miseria de vidas aparentemente perfectas, la amistad y la separaciĆ³n a lo largo de los aƱos…) que nunca llega a explotar para dejar paso a los chistes tontos… Para hacer eso, quizĆ” deberĆa haber evitado asomarse en primer lugar. Si la cinta hubiese explotado alguno de esos filones, serĆa una gran comedia.
Luego estĆ” el asunto delos actores. SĆ, hay quĆmica, pero se hace cuesta arriba aguantar a David Spade y Rob Schneider. Y Kevin James, por su naturalidad y forma de creerse un personaje hueco (ojo a cĆ³mo habla de los pechos de su mujer en la pista de baloncesto) se come al resto.
Y las mujeres… Tan desaprovechadas como explotadas en un lugar realmente poco interesante, ya sea como mujeres florero (las hijas, Maria Bello) o casi como villanas (Maya Rudolph, Salma Hayek por momentos). Se nota que es una pelĆcula hecha por hombres y para un pĆŗblico mayoritariamente masculino. No es que estĆ© mal, es que es talento desaprovechado.
En resumidas cuentas, que nadie le dĆ© mĆ”s vueltas a la noria. Esto es lo que es y por muchos defectos que se le busque, o por mucho que la crĆtica sesuda la machaque y la hunda en la miseria, la gente va al cine y se rĆe. Luego se va a casa y al dĆa siguiente no recuerda la pelĆcula, pero sĆ el buen rato que pasĆ³ en compaƱĆa. Y quien espere otra cosa, no diga que no se lo hemos advertido.
JesĆŗs Usero