Drama que descansa sobre los sólidos hombros de Luis Tosar. Un actor español que será siempre reconocido por sus papeles de villano, o de personajes oscuros, como él mismo dice, pero que en esta ocasión se convierte en un pobre hombre colombiano atrapado entre las FARC y el gobierno, y que vuelve a mostrar una vez más, por si alguien tenía alguna duda, ese talento que tiene Tosar y que le convierte en un animal de la gran pantalla, que le lancen lo que le lancen es capaz de sacarlo adelante y aportarle una humanidad increíble. Héroes o villanos, el público empatiza con sus personajes gracias a lo sublime convertido en sencillo. Hace fácil lo más difícil, aquí con acento colombiano incluido.
Una historia real, la de Crisanto, un hombre que se adentró en la jungla de las FARC buscando fortuna y sólo encontró miseria. Y al que un día la guerrilla le encarga cuidar a un niño, lo que suma otra boca a su familia ya numerosa, y le llevará a vivir una aventura de final incierto cuando ese niño, por el que nadie se preocupa en principio, se convierta en el más importante del país, buscado por todos, lo que pondrá su vida siempre en peligro. Por si no tenía suficientes problemas ya el pobre Crisanto.
Aires de película de suspense para contar un drama es lo que aporta el director Miguel Courtois, un hombre habituado a este tipo de historias con trasfondo social, con miga de lo que la sociedad nos ofrece hoy día, como fueron sus películas El Lobo o GAL, y que aquí se traslada a uno de los infiernos de nuestro planeta, la Colombia en guerra con las FARC. Un territorio inhóspito y lleno de pobreza y violencia, perfectamente reflejado por la película, rodada en tierras colombianas. Y deja el resto sobre los hombros de Tosar, gigante donde los haya, maestro camaleón que se convierte en Crisanto con pasmosa facilidad, un hombre con una ingenuidad que desarma y que busca simplemente sobrevivir él y su familia.
La trama no da mucho más de sí, no es que se pueda sacar mucho más de la historia, que tendrá cientos de detalles en la realidad, pero no todos cinematográficos, así que hay que entender ciertas lagunas de ritmo en la trama hasta que empieza el camino verdadero de la historia. El verdadero suspense de la trama. Pero esos lapsus se solventan con lo maravilloso del trabajo de Tosar, con Martina García o con los golpes de humor de ese abuelo algo pasado de vueltas, que aligeran la trama.
Buen drama, sólido drama, que en manos de otro actor u otro director podía haberse convertido en un valle de lágrimas y melodrama del montón, pero que con el empuje de uno y el pulso del otro, nos muestra una película dura, amarga y bien plantada, quizá algo manipuladora en sus imágenes finales, pero perfectamente disfrutable por todo tipo de público. Y con candidato al Goya de nuevo con este gran actor.
Jesús Usero.
Opiniones del público a cargo de nuestro redactor Víctor Blanco. Follow @veblanco
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