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jueves, marzo 28, 2024
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OSCAR: Bigelow noqueó a Cameron

THE_HURT_LOCKER2

El pasado sábado estaba viendo un documental sobre el cine de Sidney Pollack en la segunda cadena de Televisión Española y me tropecé con una frase de Robert Redford a propósito de una de las películas que protagonizó para el director, Los tres días del Cóndor. La he recordado esta mañana al conocer el listado de los premiados este año con el Oscar: “La peor frase que he oído nunca es ´Vamos a hacer una película para ganar un Oscar`. En primer lugar, eso ¿qué importa? Y además eso no garantiza que tu película sea buena”.

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El pasado sábado estaba viendo un documental sobre el cine de Sidney Pollack en la segunda cadena de Televisión Española y me tropecé con una frase de Robert Redford a propósito de una de las películas que protagonizó para el director, Los tres días del Cóndor. La he recordado esta mañana al conocer el listado de los premiados este año con el Oscar: “La peor frase que he oído nunca es ´Vamos a hacer una película para ganar un Oscar`. En primer lugar, eso ¿qué importa? Y además eso no garantiza que tu película sea buena”.

Creo que sería bueno tener eso en cuenta siempre ante cualquier premio, dentro o fuera del cine, coincidamos o no con el criterio de quienes han votado a los premiados, estemos o no de acuerdo con el propio premio.

Sería falso pretender que los Oscar no son nunca justos, que quienes los otorgan siempre se equivocan a la hora de elegir a los premiados, o que realmente no nos interesan, pero sería igualmente erróneo pretender que lo que dice Redford no es razonable.  Quizá a mí me suena muy razonable porque estoy convencido de que los premios no son el mejor termómetro para medir la calidad de una película, pero para muchos aficionados al cine, los premios en general y los Oscar en particular son una pista que les guía sobre qué película van a ir a ver el próximo fin de semana. De hecho yo mismo he hecho una quiniela en esta misma página web hace unas semanas aclarando quién me gustaría que ganara el premio y quién me parecía que debía ganarlo en realidad, y me he llevado la sorpresa de que mi criterio personal coincidía con el de los votantes de la Academia donde menos me esperaba, por ejemplo en la mejor película, que como dije me parecía que debía ser En tierra hostil, aunque yo estaba convencido de que iban a hacerle la ola a James Cameron y su Avatar. De manera que he fallado la quiniela, pero he acertado con el gusto, y nada de ello tiene en realidad demasiada importancia, se queda en mera anécdota.

Otra candidatura que he acertado es la de Sandra Bullock como mejor actriz por The Blind Side. Y me alegro, porque según nos enteramos ayer mismo, este año le han dado otro premio que es, paradojas de la vida, el anti-Oscar, es decir, el Razzie, en la categoría de peor actriz por la película All About Steve, en la que ciertamente exagera y sobreactúa más que nunca, pero con todo ello me hizo reír varias veces.

Bullock, que acudió a recibir el premio con envidiable sentido del humor, quizá disfrutando de lo paradójico que era todo, o del hecho de ser la primera actriz que es nominada (y ahora también premiada, no lo olvidemos) al Razzie y el Oscar el mismo año, en las categorías de peor y mejor actriz, por películas distintas, se convierte en el mejor estímulo para relativizar todo esto de los premios y su importancia, lo cual me lleva a recordar una pista que he incluido en la entrega correspondiente a los galardones y festivales cinematográficos que he incluido en el  coleccionable de Historia del Cine para explicar por qué todo esto de los premios en general, y los Oscar en particular, me interesa lo justo, y más como anécdota que como prueba de calidad irrebatible: ni Alfred Hitchcock ni Stanley Kubrick ganaron un Oscar.

Y son dos maestros indiscutibles del cine.

Dicho todo lo anterior, y volviendo al repaso del reparto de Oscar de este año, no cabe duda que Kathryn Bigelow ha dado la campanada, por méritos propios, con su En tierra hostil, oscarizada como mejor película y que es indiscutiblemente una de las mejores películas del año. Bigelow es además la primera fémina que consigue el Oscar como mejor directora, batiendo además también en esa categoría de mejor dirección, para alegría de los coleccionistas de anécdotas, a su ex marido, James Cameron.

Pero el duelo Bigelow-Cameron no debe despistarnos ni hacernos olvidar otros trabajos de mérito que han sido justamente recompensados, como el de Jeff Bridges como mejor actor por Corazón rebelde, película que también se llevó premio a la mejor canción original, o Christoph Waltz por su papel de nazi en Malditos bastardos, y la cantada y totalmente previsible Mo´Nique por Precious, película que también se ha llevado el premio al mejor guión adaptado, mientras que En tierra hostil se llevaba el de mejor guión original, sonido y montaje, y Avatar se llevaba la mejor fotografía, de Mauro Fiore, efectos especiales y dirección artística, el vestuario iba a parar a La reina Victoria, el maquillaje a Star Trek, la mejor música a Up, que también ha ganado el cantado premio a la mejor película de animación, y El secreto de sus ojos, que se ha llevado muy merecidamente el premio al a mejor película en lengua extranjera.

En definitiva una mezcla de sorpresas y premios totalmente previsibles, como cada año, pero sobre todo, con una nota dominante: en contra de lo previsible, y de los resultados en taquilla, Avatar no ha barrido en premios en su duelo con En tierra hostil, ni pudo emular a Titanic,  y ello me recuerda por otra parte lo sucedido en los premios Goya, donde también se dio un duelo entre una película tipo colosal, como es Ágora, y una más modesta pero contundente, Celda 211.

El año que viene, más paradojas, aunque como siempre he dicho, los Oscar, como tantas otras cosas, son tremendamente relativos y opinables.

Por cierto, y ya como nota al margen: ¡hay que ver lo guapa que estaba Karthryn Bigelow recogiendo el premio!

Y qué oportuna su dedicatoria a todos los hombres y mujeres del ejército que arriesgan sus vidas cada día en cualquier lugar del mundo.

Miguel Juan Payán

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