Crítica de Padre no hay más que uno 3
Crítica de la película Padre no hay más que uno 3
Tercera entrega de la exitosa saga liderada por Santiago Segura.
Una saga que, incluso durante la pandemia, ha sido un valor seguro para la taquilla, rescatando a muchos cines cuando se estrenó la segunda parte en julio de 2020, y que ahora presenta una tercera entrega dispuesta a arrasar en las salas de cine y que no engaña a nadie, salvo que el espectador después de tres películas quiera dejarse engañar. Tampoco tiene más pretensiones que las de entretener y hacernos disfrutar durante poco más de hora y media, con unos personajes que ya son conocidos y queridos por la audiencia, y una aventura que en esta ocasión nos lleva a las navidades pese a que nos encontramos en pleno verano. Lo curioso es que no se siente forzado y encaja perfectamente…
Con las navidades a la vuelta de la esquina, la familia, dos años después del final de la entrega anterior, debe enfrentarse a un nuevo reto, sobrevivir a las navidades con la llegada del abuelo materno y la presencia continua de la abuela paterna. Un abuelo que está en una delicada situación personal y una familia que no deja de meterse en líos y que, además, ha crecido bastante, no sólo en número con la presencia de la pequeña Cris, sino también en edad, con los personajes listos para tomar el relevo, algo que se nota en la película, ya que la trama no gira tanto en torno a los personajes de los padres, sino que da más peso y relevancia a la tropa que les rodea y su singular aventura.
Ese reparto de jóvenes talentos que ya son como parte de la familia tras tres películas, siguen siendo perfectos para mostrar sus peculiaridades. Siempre suena injusto, pero, de verdad, no hay forma de no elogiar lo que aportan nombres como Luna Fulgencio. Y, evidentemente, los adultos saben lo que hacen de sobra, con el añadido de contar en esta ocasión con Carlos Iglesias dando vida al abuelo, en un papel que aparentemente iba a ser para Antonio Resines y que finalmente no pudo rodar. Todo eso hace que los personajes sean mucho más apreciables siempre, no sólo porque hay rostros conocidos, sino porque hay talento de sobra.
La historia no va a sorprender a nadie, perfecto, pero tampoco lo busca. Busca divertir y emocionar en cierta medida, busca hacer que el público se ría, y el guión del propio Segura junto a Marta González de Vera sabe muy bien lo que se hace en ese sentido para cumplir con la historia y divertir con sus personajes. No sólo los niños cobran incluso más protagonismo en solitario, sino que, además, el humor es más sarcástico, y dentro del amor que se tienen todos los personajes, hay más respuestas cortantes y divertidas en la historia que en las anteriores, además de más gags visuales, sobre todo gracias a ciertas presencias (¿podemos decir que Santiago Segura ha creado su propio metaverso?). En definitiva, una película que disfrutará toda la familia, que consigue hacernos reír y disfrutar en este caluroso verano. Nada más y nada menos.
Jesús Usero
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