Crítica de la película Pasajero oculto
Tenía elementos para ser muy divertida pero la traiciona su guión.
Empieza interesante, con ese homenaje al cine más disparatado de John Carpenter incluso en la música, en un clave argumental que fusiona el género fantástico con el bélico, pero lamentablemente un giro de guión en el minuto 43:17 la destroza totalmente como entretenimiento creíble. Deja de poder sobrevivir incluso en el territorio del puro disparate.
Sinopsis argumental rápida: Segunda Guerra Mundial. En un aeropuerto de Nueva Zelanda una mujer aborda una fortaleza volante B-17 custodiando un misterioso paquete. En el avión, la tripulación masculina la somete a todo tipo de comentarios soeces, pero los giros dramáticos de acontecimientos que se suceden en clave de montaña rusa en el argumento, la van a situar como la protagonista de un accidentado vuelo en el que el ataque de los aviones enemigos es el menor peligro que tendrá que enfrentar, porque cierta leyenda urbana sobre los auténticos motivos de las averías a bordo decide materializarse ante sus ojos.
Una pena que el punto de partida y un argumento que desde el disparate, tipo Golpe en la pequeña Golpe en la pequeña China (John Carpenter, 1986), no pueda salir adelante porque de repente el guión pega un volantazo y en lugar de seguir tomándose a broma, autoparodiándose y mientras satiriza los géneros en los que ha decidido internarse (cosa que hizo muy bien Carpenter en la película citada), caiga en la trampa de tomarse demasiado en serio, equivocar dramáticamente el camino y pretender subirse al carro del drama a la hora de buscarle justificaciones a la protagonista.
A ver, lo único que no puede hacer una película de argumento tan loco como este es tomarse en serio a sí misma, pero si vas a aplicar la fórmula de Serpientes en el avión (David R. Ellis, 2006), lo menos que se te puede pedir es que seas coherente con tu propuesta y no metas con calzador un tema como el de la verdadera naturaleza del “paquete” que lleva la protagonista. Que además es un engaño intolerable para el espectador, no por la naturaleza del paquete, que mejor tratado en el guión podría haber funcionado, sino porque incluso te han puesto una lucecilla sobrenatural, tipo Spielberg, en uno de los planos del objeto que engaña vilmente al espectador confundiéndole y llevándolo hacia un camino de promesa de fantasía disparatada que luego tiene aspiraciones de ser pincelada dramática reivindicativa.
Otro problema serio es que la película no saca el partido debido a la fusión de bélico con fantástico, de manera que las amenazas o antagonistas convocadas para servir a uno y otro género prácticamente se anulan entre sí.
Es una lástima, porque Chloe Grace Moretz consigue hacer su personaje divertido, porque la idea argumental de partida era prometedora y tiene mucho potencial, porque el tratamiento de claustrofobia de la primera parte merecía mejor desarrollo en la segunda parte, y porque las féminas que participaron en la Segunda Guerra Mundial merecen algo mucho más sólido y serio que esta propuesta.
Y el caso es que, en principio, es apetecible comprar este juego de disparates que declara sus intenciones y naturaleza arrancando con un corto de dibujos animados que sienta las bases para que nos traguemos todo el resto del tratamiento de dibujo animado en imagen real de las hazañas bélicas de la protagonista.
Pero la brújula se les rompió al abordar la naturaleza del paquete con ese rollete tan serio y dramático metido con calzador.
Otro problema: es extremadamente corta. Apenas llega, casi agotada, a la hora y once minutos de metraje. Incomprensible que no hayan sido capaces de sacarle más jugo.
Miguel Juan Payán
★
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