Crítica de la película Pequeños Detalles
Jean-Phillippe Duval elabora una película emocionante y contenida, donde los paisajes se funden con el drama que cuenta el guion.
Un interesante thriller que no termina de explotar su potencial. Recordemos que entre sus tres protagonistas, Denzel Washington, Jared Leto y Rami Malek, suman cuatro premios de la Academia, dos de ellos para el primero por supuesto. Y el director y guionista de la película lo sabe. John Lee Hancock aprovecha cada instante en el que tiene al menos a dos de ellos en pantalla, los exprime al máximo consciente de que el espectador va a acudir a ver la película especialmente por ellos tres. Y es un ejercicio inteligente de dejar a tu reparto brillar sin problemas. Pero pese a sus grandes aciertos e ideas, la película acaba siendo demasiado derivativa y no acaba de hacer encajar las piezas como debería. El guión necesitaba un par de vueltas más. Quiere ser Zodiac, pero por momentos acaba siendo un remedo de Seven.
Otoño de 1990. Un agente del sheriff del condado, viaja a Los Angeles para recoger una prueba para un caso. Una vez allí se verá involucrado en la investigación de un asesino en serie, que lidera un joven detective de homicidios. La relación entre ambos definirá dicha investigación, sobre todo cuando aparezca un posible sospechoso que obligará a replantearse el caso antes de que sigan apareciendo más cadáveres y de que el FBI se haga cargo del caso. ¿Es su sospechoso culpable o inocente? El título de la película hace referencia a los pequeños detalles pero, honestamente, la película se fija poco en ellos la verdad. Sobre todo si tenemos en cuenta la de veces que lo menciona el personaje de Washington.
Por supuesto hemos venido a ver a Leto, Washington y Malek trabajar juntos. Y la química y el talento brillan en los tres casos. Son muy, muy buenos. Pero aquí hay ganadores y perdedores. Washington saca adelante su sombrío y misterioso papel (hay momentos en que recuerda al Paul Kersey de Charles Bronson) sin despeinarse, y Leto es el rey de la función en un papel magnífico que le ha valido la nominación al Globo de Oro. Malek sale peor parado. Está muy bien, como siempre, pero a veces cuesta creérselo. Algo de lo que podemos culpar a un guión que no sabe realmente lo que quiere ser durante media película, y que somete a los personajes a momentos verdaderamente cuestionables.
Una trama de asesino en serie que deja en su final un gran sabor de boca, pero en su desarrollo las cosas son algo más mediocres. La sobriedad de Hancock se nota en sus encuadres y el uso de ángulos y encuadres forzados. Pero cuando imita a Seven y similares (las escenas del crimen) se cae con todo el equipo. Cuando presenta personajes que no desarrolla o situaciones que no explora, vuelve a caerse. Y cuando los personajes toman decisiones ridículas (subirse al coche…) es cuando rematan la faena. En una película en la que lo importante es el viaje, el viaje tiene muchos baches. Y si lo que realmente marca las diferencias son las pequeñas cosas, los pequeños detalles, al final no quedan muchos en la película. Cumple, pero no deslumbra.
Jesús Usero
★
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