Brillante muestra de animación y aventuras de la mano de Aardman Animation. Un estudio pequeño, británico, bien conocido por el público merced de películas como Wallace y Gromit, Ratónpolis, Chicken Run o Arthur Christmas, a veces empleando la animación digital en 3D, otras, como en el caso de Piratas, los personajes modelados con plastelina y animados a través de stop motion, aunque, como explican sus responsables, para abaratar costes se han empezado a emplear técnicas de animación digital sobre todo en los fondos como es el mar o el cielo. Pero básicamente siguen siendo muñecos animados paso a paso manualmente, lo que siempre da una sensación peculiar cuando vemos la película. Incluso sus cintas animadas digitalmente dan la sensación de emplear esta técnica.
Piratas nos presenta una aventura marinera con gusto por las historias clásicas de piratas, basada en una serie de novelas de Gideon Defoe, también guionista de la película. En este caso y en la búsqueda de un botín que le dé el premio al Pirata del año, el Capitán Pirata (el personaje se llama así) llega a conocer a Charles Darwin y a adentrarse en territorio británico pese al odio que la reina Victoria siente por los de su calaña. Y todo por un pájaro dodo… Con esos antecedentes os podéis imaginar a la tripulación del Capitán Pirata (todos con nombres muy acordes) o las aventuras que van a vivir. La genialidad de la película y de sus responsables está en mezclar esa aventura para todas las edades con un sentido del humor muy británico que hará las delicias de los mayores.
Los momentos hilarantes se suman a las persecuciones, abordajes, huidas y demás que llenan la película en su hora y media de duración. Escenas como el robo en casa de Darwin y la bañera por las escaleras, los fallidos primeros asaltos o el abordaje final al barco de la Reina, son tan emocionantes como tronchantes merced a esos personajes sin nombre pero con personalidad, a ese mono que habla con carteles (simplemente geniales) a la petulante interpretación de Hugh Grant como capitán (ojo a su explicación de las cosas más terribles que ha hecho en su vida) o a la devoción del segundo de a bordo con respecto a su capitán y las aventuras que viven. Los guiños y chistes, que por una vez ponen como villanos al ejército británico y a la reina, se suceden y hacen que la película funcione como un reloj, por encima de otras muestras de cine de animación más elaboradas pero mucho menos divertidas.
Vamos, que dan ganas de sumarse a la tripulación del Capitán Pirata, escapar de las tristezas de nuestros días, y lanzarse a una vida de aventuras canallescas con un grupo de gente que asegura un buen rato de risas. Y todo con esa animación tan peculiar y simpática que realza las características de la película y el sentido del humor de la misma. Puede que no sea la película de animación más taquillera del verano, pero es de las mejores.
Jesús Usero
