Correcta pelĂcula romántica en la que destacan los actores. Es el plano inicial de la pelĂcula, Sol, interpretada por Ana de Armas, elige la ropa que va a ponerse frente a su armario. Los nervios, la indecisiĂłn, la presencia fĂsica de la actriz, hacen que nos interese de inmediato el personaje y lo que pueda sucederle. Es más, cuando conoce a Dani, el personaje interpretado por Martiño Rivas, se nota al instante la quĂmica entre los dos actores, que ya compartieron pantalla en El Internado. Esa es la clave realmente de la pelĂcula, que se encarga sin embargo de meterse en otros jardines buscando el tema social. Algo más que loable, pero que no casa ni con el tono ni con nuestros tiempos.
Dejen de leer por un momento si van a ir a ver la pelĂcula y esperan ser sorprendidos, porque aunque no es spoiler, ya que lo han hablado en todas partes, puede que a alguien le moleste y no es nuestra intenciĂłn. EL tema romántico está bien resuelto, hay quĂmica, es divertido, es simpático, te lo crees. El problema es el tema del SIDA, que nos lleva de vuelta a un cine de hace 30 años, y hace que la historia huela un poco a naftalina. No quiero decir que el tema del SIDA sea para reĂrse, para no tomárselo en serio o milongas similares. Quiero decir que es un tema que la sociedad tiene bastante superado. AquĂ es ella quien lo padece, y busca compartir su vida con alguien enfermo tambiĂ©n. Porque cree que es la Ăşnica persona que la aceptará como es. Dani es periodista y miente buscando una noticia, un artĂculo. Ese es el drama de una historia contada en varios espacios de tiempo. Algo que tampoco se nota en la pelĂcula, lo dicen al principio y luego parecen olvidarse de ello… Como si perdieran interĂ©s. Son detalles que hacen perder puntos a la primera pelĂcula en solitario de David Menkes.
Detalles como los diálogos, que a ratos suenan forzados, inverosĂmiles, pese al enorme trabajo de los actores, la buena puesta en escena, el buen ritmo de la trama o que la pelĂcula nunca, nunca aburre. Y lo dice alguien que no es seguidor particularmente del gĂ©nero romántico. Pero los diálogos matan algunas secuencias. Igual que algunos tĂłpicos que salpican la trama y no ayudan ni a la evoluciĂłn de la misma ni a la sensaciĂłn que deja la pelĂcula. Es el tema del artĂculo periodĂstico y la redacciĂłn (jefe y compañera guapa incluidos), o el personaje de Jan Cornet. Mientras Marina Salas (no me canso de decir el pedazo de animal de la pantalla que es esta chica. Necesita ser protagonista ya), Megan Montaner, Andrea Duro o el propio Cornet, hacen mucho para que sus papeles secundarios resulten atractivos. Secundarios porque la historia es la de Dani y Sol, o, sobre todo, la de Sol, que deslumbra y deja huella donde pasa con sus miedos, su aparente ingenuidad, su locura y su ternura. Una historia de amor que no engaña a nadie, que convence a ratos pero que necesitaba algo más de trabajo.
JesĂşs Usero
COMENTA CON TU CUENTA DE FACEBOOK
JesĂşs Usero