Crítica Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City
Crítica de la película Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City
Intento de fusión de videojuegos con retorno al pasado.
El regreso de la franquicia de Resident Evil es un regreso a las raíces que tiene un doble punto de nostalgia por la vuelta a los orígenes, tanto de fuente original, los videojuegos, como de argumento de los antecedentes cinematográficos, ilustrando qué pasó en realidad en Raccoon City a finales de los noventa. Y precisamente el regreso al epicentro del apocalipsis zombi que ha venido siendo tratada por la saga de películas protagonizada por Milla Jovovich es el principal anzuelo de Resident Evil: bienvenidos a Raccoon City. Y en mi opinión le funciona en su primera hora y pico, porque encuentra un camino propio jugando la baza del prólogo de lo ya conocido entretenido para el espectador, que se mantiene a la expectativa de los acontecimientos que están por venir. El problema es su desenlace.
Misma productora que la de las películas anteriores, mismos objetivos y recursos, da como resultado una película entretenida, más de aventuras que de terror, en la que funciona mejor su primer y segundo acto pero que tiene como principal talón de Aquiles el esfuerzo final fallido en el tercer acto y el hecho de que no acaba de encontrar aportes realmente nuevos a la saga.
En su desenlace, en la parte donde todo tiene que estallar, acelerarse, es donde este largometraje no llega al necesario punto de ignición y acelera como si de repente le hubieran entrado las prisas y quisiera solucionar las cuestiones argumentales que tiene planteadas de manera expeditiva, por la vía rápida, a pesar de que su metraje alcanza 1 hora y 47 minutos. Es además en esa fase del relato donde la película se acerca más a las características del soft remake resolviendo el desenlace propiamente dicho con una apuesta argumental que recuerda la aplicada por la primera película de Milla Jovovovich.
El problema de intentar adaptar los videojuegos por el camino de la fusión de varias entregas y confiar en que la mera cita de los nombres de los personajes de los mismos es ya casi como un mantra que libera al guión de hacer honor al medio cinematográfico en el que se desenvuelve, es otra equivocación.
En su primera hora y pico es entretenida, y estamos a la espera de ese punto de ignición del tercer acto que no llega. Consecuencia de ello es que en su conjunto no supera a la primera película de Jovovich, cuya saga, si se definió por algo, fue por su capacidad de ser muy loca, muy desatada, vocacionalmente disparatada y festiva. Esta intenta ser más seria, pero descuida el guión en algunos de sus dialogo para poder ir por ese camino, y le faltan algunos elementos que hacían más divertida Resident Evil con Jovovich, sacando menos partido a la fusión de mansión/laberinto de trampas de aquella, al tiempo que no le extrae todo el jugo al despliegue de acción en exteriores que era claramente la salsa y el aporte de este regreso a la localidad de Raccoon City a punto de ser epicentro del apocalipsis de Umbrella.
Sospecho que en el intento de ser fieles al videojuego se han olvidado de que esto sigue siendo cine, y que además en lo referido a cine hay ya toda una mitología de películas, unas mejores y otras más flojas o peores, pero en su conjunto significativas dentro de la oferta comercial de cine de acción/evasión de las dos últimas décadas (Resident Evil de Paul W.S. Anderson y Milla Jovovich se estrenó en 2002).
Miguel Juan Payán
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