Crítica de Sin ti no puedo
Crítica de la película Sin ti no puedo
Curioso thriller de Chus Gutiérrez, quizá algo previsible.
La nueva película de la directora española apuesta por un thriller dramático, o un drama con mucho suspense, en torno a la relación de dos hermanos, que no es un proyecto personal suyo, sino un guión escrito por Frank Ariza y Alicia Luna, que busca sorprender e interesar al espectador. Lo segundo lo consigue, es cierto, pero lo primero, lo de sorprender… le cuesta un poco más. Hay un muy buen trabajo de actores y hay una directora con personalidad detrás de la historia, pero el resto es quizá demasiado predecible como para que la película se convierta en memorable o imprescindible. Es muchas cosas, pero eso no. Eso sí, con apenas 86 minutos de duración, lo que no es, es aburrida.
Un hombre de éxito, que vive con su pareja, un monitor de gimnasio, y que, pese a su trágico pasado, mira al futuro, pensando en tener su propia familia con su novio, con un proyecto laboral más que interesante y prometedor, y con una vida aparentemente perfecta. Entonces reaparece en su vida su hermana, una mujer inestable, adicta y quizá peligrosa, que ha pasado ocho años en prisión acusada de matar a los padres de ambos en un incendio provocado. Ella sigue clamando que es inocente y busca la ayuda de su hermano para demostrarlo. O quizá busca acabar con todos. O quizá sólo perdón… SI quieren descubrirlo, tendrán que ver la película cuando llegue a las salas de cine.
Aunque, honestamente, a los 10 minutos ya se imaginan perfectamente lo que está pasando y lo que está por venir. El guión revela sus cartas sin querer muy pronto y su trama por momentos parece sacada de un telefilm de sobremesa. La resolución final es pobre en ese sentido, y aunque la escena final es poderosa, el guión tiene demasiados elementos forzados y poco creíbles. Y es previsible, de nuevo. Pese a los esfuerzos desde la dirección y el montaje no cuesta nada descubrir lo que realmente está pasando. La clave está en la necesidad de que las cosas encajen en algo prefijado, en lugar de dejar que se desarrollen por su cuenta aunque te lleven a un destino que no esperabas.
El reparto es una de sus ventajas también. No nos cansaremos de elogiar la figura de Pedro Casablanc, aquí en un nuevo registro, uno en el que le vemos menos a menudo, mejor dicho. Aunque sea un personaje secundario es arrollador y todo crece a su alrededor. Y el trabajo de Mauricio Ochmann y Alfonso Bassave es magnífico, pero queda ensombrecido por la presencia arrolladora de Maite Perroni, una fuerza de la naturaleza incontrolable que llena la película de inicio a fin. A todo eso sabe dar forma Chus Gutiérrez con personalidad y carácter detrás de las cámaras, pese a esas carencias de guión, brindándonos una película interesante, entretenida y con personalidad. Imperfecta en su conjunto, pero muy disfrutable si se sabe perfectamente a lo que uno se enfrenta.
Jesús Usero
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