Los nuevos modelos tienen una capacidad de resolución de 33 millones de píxeles.
Disfrutar de Juego de tronos y viajar a Invernalia solo con la ayuda de la vista y el oído, sin necesidad de pedirle la ubicación a George R. R. Martin (os advierto que el famoso escritor nunca responde a los e-mails con remitentes no identificados), empieza a ser una posibilidad con el 8K. La multinacional japonesa Sony ha puesto en marcha la comercialización de un espectacular modelo Premium, de la familia Z9G; el cual posee paneles OLED y LCD, control de retroiluminación local, procesador de imagen X1 Ultimate (el propio de la compañía) y un alto rango ampliado X-tended Dynamic Range PRO.
Todas estas prestaciones se completan con una pantalla de 98 pulgadas, que viene a ser como una sala de cine integrada en el salón de casa, que permite una atmósfera envolvente para conseguir una experiencia audiovisual mucho más completa que la ofertada por la tecnología 4k. El único problema está en el precio estimado de salida de semejante electrodoméstico, ya que este ronda los 63.000 euros.
Pese a que la estrella del lote es el modelo de 98 pulgadas; Sony ha aprovechado para lanzar también un hermano más económico de 85 pulgadas (tamaño nada desdeñable), que vendrá a costar en torno a los 12.000 euros.
Con el tiempo, el televisor se ha convertido en un aparato multiusos: una caja de diversión que va más allá de la simple reproducción de películas y series. Las prestaciones para incluir una calidad de imagen adecuada, con la que lograr el ansiado proceso de inmersión que suscitan por ejemplo los videojuegos, es igualmente una de las razones por las que la compañía nipona ha ido más allá de las fronteras del 4k.
No obstante, la multinacional no pierde de vista los avances en la citada tecnología del 4k, que ha revolucionado la industria audiovisual en las últimas temporadas. En este sentido, Sony ha desarrollado los nuevos A9G con pantalla OLED y perfiles finos, para televisores de 55, 65 y 77 pulgadas. Unos productos que, entre las ventajas más atrayentes, está la de aumentar los contrastes y los calibrados, con los que acceder a los contenidos de Netflix e IMAX. Eso sin olvidar la propiedad del sonido Dolby Vision, y el sistema de sonido en pantalla Acoustic Surface.
En la actualidad, la manera de acceder a las series, películas y documentales ha aumentado con respecto a los soportes disponibles, y las compañías manejan todas las variantes que conforman el tablero de visionado en el siglo XXI. Sin embargo, las tecnologías 4k y la anunciada 8k intentan seducir con la creación de atmósferas y contextos, capaces de hacer de la experiencia de disfrute de los shows favoritos un auténtico lujo. Algo que el catálogo de Sony pretende conseguir con electrodomésticos de alta gama, como el OLED 4k A86, o el X950G 4k: unos utensilios que potencian con singular riqueza de matices las prestaciones del HD (ya en los años noventa, el cineasta Peter Greenaway anticipó que la auténtica revolución del cine y la TV estaría más en la multiplicación de píxeles de exhibición, que en la diferenciación y naturaleza de los contenidos albergados en una obra audiovisual).
Jesús Usero
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