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viernes, abril 19, 2024
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Sucker Punch ★★★★★

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Crítica de la película Sucker Punch de Zack Snyder

      Zack Snyder vuelve a la cartelera con uno de los títulos más esperados de la temporada, y no defrauda en absoluto. Sucker Punch es, en mi opinión, una de esas películas que no quieres perderte si de verdad te gusta el cine.  Es un paso adelante en la carrera de su director y cuenta con una historia prodigiosamente desarrollada mediante un guión milimétricamente ajustado para ser capaz de hacernos vivir tres películas en una al mismo tiempo, visitando varios géneros en una compleja estructura dramática. Debería coronarse como reina de la taquilla no sólo por la espectacularidad indiscutible de sus secuencias de acción, sino también por hacer una reflexión de gran madurez sobre cómo han cambiado las claves de las fábulas fantásticas con las que adornamos nuestras vidas y trazar un perfil psicológico de gran interés sobre cómo cada vez más las nuevas tecnologías van difuminando las líneas de separación entre la realidad y la ficción, dando lugar a la creación de paraísos e infiernos artificiales, inmateriales, esquivos, caóticos, hedonistas y autoparódicos con los que nos gusta engañarnos en una fase especialmente infantiloide de nuestra civilización.

      Jugando con claves musicales, Snyder se permite además mantener su relato no sólo en un permanente pulso de gran tensión en la ficción dentro de la ficción que viven sus protagonistas, sino que también baraja varios géneros a la vez con manos expertas de cineasta convertido en una especie de tahúr de la fabulación dispuesto a desplegar todas las claves de su talento en lo que es principalmente un homenaje musical al moderno cine de acción y una reescritura de las señas de identidad de la hibridación entre las distintas forma de ocio de nuestro tiempo: videojuegos, cómic, videoclip musical…

      Sucker Punch se convierte así en un auténtico puzzle de referencias múltiples y multiculturales que Snyder inicia con una presentación que nos recuerda la secuencia de créditos iniciales de una obra maestra menos apreciada de lo que debiera, Watchmen. A partir de la misma, haciendo gala de gran economía narrativa para situarnos rápidamente y con una serie de secuencias encadenadas en el drama que vive la protagonista, empieza a construir una especie de variante de Moulin Rouge de Baz Luhrman, cambiando los modos y maneras del melodrama que lucía aquella por el cine de acción trepidante. No contento con eso, da otra vuelta de tuerca a su argumento y encuentra hueco para incorporar a esa propuesta una serie de fragmentos que nos hacen pensar también en la doble vida de realidad y ficción en la que existía el personaje encarnado por la cantante Björk en la película de Lars Von Trier Bailando en la oscuridad. Finalmente, y para completar su oferta, rellena la misma con una múltiple colección de guiños y referencias cruzadas que nos permite encontrar momentos propios del cine más clásico, desde la película de ambiente carcelario, con fuga incluida, a los cuentos de hadas del Hollywood clásico: la historia inicialmente podría ser una especie de variante de Alicia en el país de las maravillas, pero en su desenlace nos sitúa en las proximidades de El mago de Oz.

      Todo ese puzzle está orquestado en torno a una serie de misiones (cinco, aunque la cuatro primeras son las reveladas y la última es un secreto que el propio público tendrá que desvelar), que permiten a Snyder desarrollar su propia propuesta de análisis de la estética del cómic y el videojuego sin perder en ningún momento de vista lo puramente cinematográfico.

      Tan ambicioso en su arco de desarrollo y personajes como se mostró en Watchmen, pero trabajando con material propio, Snyder aplica a sus secuencias de acción una estética que las acerca a las de 300, pero además aplica una forma de narrar visualmente que como se demuestra en esa secuencia de prólogo de la que hablaba antes, manifiesta una gran pericia para manejar con carácter de cine de autor la puesta en escena de un gran espectáculo de explotación comercial.

      Todo ello hace de Sucker Punch una grata sorpresa especialmente para el público física o mentalmente más joven, aunque incluso los apasionados del cine más clásico no podrán reprocharle a la película de Snyder que sea confusa, porque muy al contrario es modélicamente diáfana en su planteamiento de realidades paralelas. Además hay mucho cine clásico en los pasillos de su historia.  Podemos tropezar con momentos que son un guiño a Frank Capra mezclados con algunas gotas del cine de gánsters y con otros fragmentos que homenajean el cine de Alfred Hitchcock. De hecho los objetos que las protagonistas tienen que conseguir en sus misiones son un guiño múltiple al concepto de macguffin aplicado por el llamado “mago del suspense”, una genial broma cinéfila que además nos sirve en bandeja una pista para explicarnos qué es realmente Sucker Punch. Además de un musical de acción con ritmos que pasan de lo mejorcito de Jefferson Airplane o Jefferson Starship al rap e ilustran combates que parecen salidos de los cómics de Frank Miller, el autor de 300, esta película es un brillante ejercicio de autoexamen y reflexión que su director hace sobre el cine de acción tal y como se expresa en nuestros días, y sobre el impacto en la estética y la narrativa del medio derivado de la hibridación con otros recursos de ocio. O, dicho de otro modo: un completo manual de cómo operan las películas comerciales y de explotación de la era blockbuster.

      No es arriesgado que puede convertirse en un título de culto, aunque, como todas las grandes películas, como los más brillantes ejercicios cinematográficos, no faltará quien la ponga a caldo por incapacidad para advertir sus aciertos y la pertinencia de algunas de sus reflexiones, quizá esperando algo más convencional a la hora de entrar a verla en un cine.

      Por cierto, todas la películas deben verse en un cine para disfrutarlas como corresponde, pero aún más ésta, que es de verdad un espectáculo para gozar en pantalla grande.

Miguel Juan Payán

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Miguel Juan Payán
Profesor de Historia del cine, Géneros cinematográficos y Literatura dramática

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